｢ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」

33

—¡¡¡Chile es libre!!!—Grito el chileno en tercera persona por su emoción al salir.

Después de un largo rato intentando sacarlo, lo lograron rompiendo el suelo y cavando un poco. Chile tenía medio cuerpo afuera, lo suficiente para ver qué estaba totalmente envuelto en tierra.

—muy bien—dice Argentina—ahora vos me vas a explicar porqué demonios te metiste ahí.

Chile se sacudió un poco y con un poco de dificultad saco aquella cosa que le había pedido Tabarona antes de morir.

Era un collar de oro adornado con rubíes, algo viejo y aparentemente con poco valor. Venezuela miro ese objeto con curiosidad pero Argentina y Colombia quedaron paralizados por reconocer esa cosa.

Chile empezó a explicar—Tabarona me obligó a entrar para sacar esto.

Ambas colonias se miraron mutuamente y Argentina dijo de un momento para otro que iba a hablar a solas con Colombia mientras que Venezuela terminaba de sacar a Chile. Eso provocó la curiosidad de los dos últimos mencionados, pero antes de que dijeran algo el argentino arrastró consigo al colombiano.

Solo un par de minutos después, Venezuela termino de sacar a Chile y lo ayudo a limpiarse.

—es bastante bonito pero no es mi estilo— dijo al contemplar el collar.

— Ni el mío—dice Chile risueño y luego le recuerda ese algo a Venezuela— oye weón y ¿Ecuador?, ¿está dormido?

Al venezolano se le helo la sangre al instante, le dió el collar a Chile casi que lanzándolo y se despidió rápidamente para correr directo a su habitación.

Extrañamente una luz iluminaba el cuarto, creyó que era Rusia, pero al entrar se encontró al Imperio portugués arrullando al ecuatoriano que dormía tranquilo en su cama. Con sorpresa dicho imperio miro a Venezuela.

—Es muy tarde para que estés afuera niño— le dice en un tono duro pero no lo suficiente para asemejar a un regaño.

El venezolano estaba furioso con la cercanía que tenía Portugal con su hermanito, apretó las manos y solo por esta vez lo dejo pasar. Se sentó en la cama que usaba Rusia y esperó a que el imperio se fuera por cuenta propia.

El portugués se sintió incómodo con esa mirada molesta que le dedicaba el venezolano, casi sentía que lo quería matar con la mirada, arropó de mejor modo a Ecuador y se marchó deseándole a los dos hermanos buena noche.

[...]

— Lamento ser pesimista, pero es muy posible que tú familia ya no exista.

México le había dicho lo que le prometía UK. Rusia simplemente dijo eso sin medir la gran molestia que eso género en el contrario.

— ¿Y como lo vas a saber?— dice enojado— Tampoco es que quiera hacer lo que él dice, pero wey sí esto me lleva con..!

Rápidamente es interrumpido.

— ¡Es por eso que intento ayudarte!— expresa Rusia— Te pide a ti que te encarges de envenenar a un imperio, ¿Qué crees que ocurrirá?

México iba a decir algo pero Rusia fue más rápido en decir.

— Te van a hacer cosas terribles y en esa situación no creo que puedas ir a buscar a alguien— guardo silencio un momento— escucha, dame el frasco.