Capítulo 19

865 70 62
                                    

No sabía la hora exacta en la que llegaron a casa, pero fue casi llegando a las cuatro de la madrugada podría decir. Demasiado tarde para que ahora la maldita luz del sol la obligara a abrir los ojos por su descuido al no haber bajado la persiana anoche.

Dios, le daba demasiada pereza abrir sus ojos azules aún, así que se dio la vuelta hacia el otro lado para seguir durmiendo. Estaba empezando a pensar que le gustaba dormir más que a la prima de Rosabella, aunque una de las principales razones para no despertarse era porque estaba teniendo un sueño precioso. Intentó volver al momento exacto donde lo había dejado su mente, pero ya se estaba volviendo borroso en su memoria.

La verdad que le estaba gustando, además de que ahora nunca sabría si se llegaba a dar el beso con Apple o no. Ya había soñado alguna vez algo similar con ella, pero este sueño era diferente porque era la primera vez que estaban tan cerca de darse uno. Hacía bastante que no soñaba con algo relacionado con la rubia, aunque desde que se disculparon y se enteró de que no había vuelto con Daring, su deseo de besarla volvió a su cabeza. Su pereza perdió frente a sus ganas de contemplar el dulce rostro durmiente de su excuñada, así que sus párpados comenzaron a abrirse lentamente. El brillante fulgor del sol hizo que instintivamente se frotara sus ojos, antes de que su visión se hiciera lo bastante nítida para darse cuenta de que la chica que anoche se acostó a su lado y que quería verla en ese preciso instante, ya no se encontraba tumbada ahí.

"¿Oye Siri qué hora es?" Preguntó a su iphone mientras que volvía a cerrar sus ojos y se movía haciendo la croqueta hacia el lado vacío de Apple.

"Son las 09:17 a.m." Respondió la robótica voz de su asistente personal.

Era demasiado pronto para ella, así que esperaba que la rubia se hubiera ido al baño y en unos segundos volviera a la cama de nuevo. Aunque suponía que no lo haría por el momento porque su lado de colchón indicaba que se había levantado hace bastante tiempo ya. Una gran lástima porque quería observarla ahora, aunque su olor seguía perdurando en la almohada. Lo aspiró por unos segundos, la verdad es que podría seguir durmiendo plácidamente como antes en este lado de la cama y se sentiría como una reina, pero su deseo de verla aumentó cuando empezó a escuchar su voz que provenía de la planta de abajo junto con la de su madre. Así que con algo de pesar se levantó de la cama y se dirigió al baño para estar presentable antes de bajar.

"Hola" Salió de su boca junto con un bostezo mientras se sentaba al lado de su excuñada que la sonrió a modo de buenos días.

"Hola hija ¿has dormido bien? Pensábamos que no te veríamos el pelo ni a ti ni a Daring en toda la mañana" Su progenitora rio al tiempo que le ofrecía lo que había traído su padre de desayuno.

Ella tampoco se había imaginado despierta y desayunando a esa hora después de haberse acostado tarde. Dio un largo bostezo de nuevo antes de coger un churro y llevárselo a la boca después de mojarlo en la taza de chocolate que le había preparado su madre.

"Ayer visteis muchas estrellas ¿no? Porque regresasteis tarde de la playa" Cuestionó mirando más a la rubia porque ella seguía bostezando de sueño.

"Diría que fue el año donde más estrellas vi, estaba precioso el cielo. Deberían de haber venido a verlo también"

"Me quede un poco con las ganas la verdad, desde aquí no se vio tan bonito como allí" Para ella hubo muchas más cosas especiales en la noche que esas esferas de gas que cruzaban el cielo de un lado a otro, aunque tampoco es que se dedicara anoche a mirar mucho el cielo.

Mientras su madre contaba como pasaron ellos la noche, ella empezó a recordar la razón exacta del porqué regresaron tan tarde. Sabía que debió de haber hecho caso a su lado racional y haberle dicho a Daring que se fueran ya a casa en cuanto se terminaron las estrellas fugaces. Pero si lo hubiera hecho, hubiera despertado a Apple y la veía tan cómoda durmiendo que no quería despertarla ni por asomo. Tuvo que pasar una hora más para que decidiera tener que moverla y prescindir del peso de su cabeza en su hombro porque las bajas temperaturas del final del verano hicieron que sintiera escalofríos y la hicieran ver que ya era la hora de volver.

𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉♡𝓈  𝑒𝓃𝓉𝓇𝑒  𝒜𝓅𝓅𝓁𝑒  𝓎  𝒟𝒶𝓇𝓁𝒾𝓃𝑔Where stories live. Discover now