90| Enfermera

20.9K 1.7K 554
                                    

El edificio está vacío esta noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El edificio está vacío esta noche. Los únicos que quedan son los arquitectos e ingenieros encargados de la construcción. Siempre tienen reuniones en la noche porque suele ser más calmado.

Me quedo sentado en el suelo, frente a la puerta de entrada de la oficina, apoyado en una columna. Con mi arma en la mano. He puesto siete francotiradores alrededor de todo el edificio.

Beau se ve algo irritado.

Puta seguridad de mierda — gruñe, en ruso.

Razón no le falta, para hacerme venir a mí.

A las diez en punto, las luces de la oficina se apagan, los murmuros de los hombres dentro de la sala, se apagan. Escucho pasos detrás de mi. Beau, junto al resto de chicos, siete en total, empiezan a ponerse alerta.

Y la batalla empieza antes de que pueda reaccionar. El primer disparo que recibo es en el brazo. Con un gruñido aún levanto mi arma y procedo a buscar un objetivo. Puedo detectar siete siluetas delante de mí.

Disparo a la primera que veo Beau es más loco y se lanza sin siquiera sacar su arma. El ruido de golpes y disparos empieza a incrementarse. Beau está luchando con dos tipos a la vez. Yo logro abatir a uno de ellos tras dispararle en la cabeza, pero otro se abalanza sobre mí. Ambos caemos al suelo y rodamos escaleras abajo, hacia la otro planta.

Joder — gruño.

El objetivo está encima de mí. Lleva una máscara que cubre su rostro, aunque logro ver sus labios pintados de rojo.

Imbécil — gruñe, propinándome un golpe con su arma.

Es una mujer.

Como puedo la empujo con mis piernas, ella realiza una voltereta sobre sí misma y cae de pie a unos metros de distancia de mí.

¿Qué coño crees que haces atacándome? — demando — soy el puto dragón rojo.

Un pajarito me ha dicho que no has encontrado a tu mujer en esa tumba — se burla.

¿Habla de Ana?

¿Quién...?

Está viva — asegura — Ana ha estado viva todo este tiempo, pero no vas a encontrarla jamás.

Me quedo inmóvil, hasta que veo cómo uno de mis hombres logra tenerla en el campo de visión. Un punto rojo se dibuja en su frente.

Estás muerta.

Ella se queda inmóvil.

O no — se burla.

Hay un punto en mi pecho. Respiro con fuerza.

— ¡Señor! — Beau aparece en ese momento — mierda — maldice al darse cuenta de la situación.

— No te atacaba a ti — asegura la mujer, dando un paso hacia atrás — solo vinimos a buscar a alguien que nos hacía falta — explica — y ahora que lo tenemos, nos marcharemos.

Sumisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora