28| Centro de investigación

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"Seamos sinceros, esto es una peligrosa obsesión"

Ángel:

Kraznyy

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Kraznyy.

Debe ser alguna clase de apodo. Sé que en ruso significa rojo, desconozco si es una clase de insulto o solo un honorífico más en este mundo.

— Alice, llévate a Amber a tomar un poco de chocolate caliente.

— Mami... — empieza a quejarse ella.

— Mami necesita trabajar mi amor.

— oh... — murmura ella, levantándose de la cama y alzando las brazos para que Alice la tome en brazos.

— Voy a volver más tarde — me dice.

Asiento y la veo alejarse con Alice. Una vez se han marchado, suspiro.

— Aquí tienes — me dice Jade, entregándome la llave.

— También traje unas cuatas cosas del resto de tus laboratorios.

— Son centros de investigación — me quejo.

No porque quiera, son palabras que salen solas de mi boca. Junto a un dejavú de anteriores veces.

— Perdón — musita, al cabo de unos segundos, al ver que sigo en la cama y sin tomar la llave que me ofrece, me mira — ¿no vas a entrar?

¿A donde?

«En la estantería, abre nuestro centro de investigación»

Mis ojos se abren con fuerza mientras escucho la voz en mi cabeza — dame... la llave — musito.

Jade asiente y al entregarme casi salgo corriendo hasta la estantería. Allí empiezo a apartar los libros, casi arrojándolos al suelo hasta encontrar una ranura que tiene la forma de la llave.

Con el corazón desbocado, despeinada y descalza, introduzco la llave en la ranura, giro y me alejo algunos pasos al notar que el mecanismo empieza a activarse. En efecto, la estantería de madera se abre y destapando un hueco, deja ver una sala gélida y con tenues luces de neón encendiéndose.

El «centro de investigación», es en realidad un lugar amplio, con baldosas blancas brillantes. De paredes grises lisas y mesas de metal llenas de artefactos de cristal conteniendo líquidos en su interior de diferentes colores.

Al final de la sala hay una estantería repleta de frascos con quién sabe qué. Y la sala está dividida por una gran mesa de metal central en el medio y otras dos a cada lado, pegadas a la pared y más pequeñas.

Sumisa ©Where stories live. Discover now