Libro 1
Sumisa: Seduciendo al dragón rojo.
#SAGAMENTIRAS
Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición.
El apodo...
"La única persona que puede reparar un corazón roto, es aquella que lo rompió"
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
Tomo mi cuello con cuidado. Respiro el aire lleno de polvo mientras el helicóptero aterriza en una zona alejada en medio de una montaña. No sé exactamente dónde nos encontramos. No es el círculo al que Ángel me explicó que había ido, pero es como una especie de sección independiente, también tenemos zonas así en el círculo, cerca de Nueva York.
Mientras caminamos, mi mente me lleva al día en el que conocí a Bjorn. Pese a que lo torturamos no dejó de sonreír, como si las heridas que le habíamos causado no fueran dignas de su sufrimiento. Pude entender que él había pasado por mucho. Lo comprendí más cuando Alex lo castigó por haber dejado viva a Ana. En ese momento supe que él no podría matar traicionar a Ángel jamás. Se hubiera librado de todo aquel sufrimiento en ambas ocasiones si hubiera entregado a Ángel, en ninguna de ellas lo hizo.
Pero aún así, Ángel lo empuja lejos de ella. No entiendo sus motivos. Aunque sea alguien en quien ella confía, no conozco la historia del ángel oscuro. Ella hace y deshace a su antojo. Conozco que es parte de ese grupo, la Dinastía. Pero solo soy una espectadora más en su mundo. Ella me trata como a una niña. Veo el miedo en sus ojos cada vez que me mira. Todavía se arrepiente de la decisión que tomó hace tantos años ya.
También me arrepiento de haberle suplicado de que no matara a mi hermana, por aquel entonces no sabía mucho sobre la ruleta, solo no quería perderla. Hoy me pregunto si lo mejor para ella no hubiera sido la muerte. Ángel se culpa por haberla dejado vivir, cuando ella solo cumplió los deseos de una asustadiza niña.
Respiro, mi pecho tiembla con cada bocanada de aire que tomo. Intento no llorar mientras bajo del helicóptero.
Camille y Sebastian están planeando el rescate de Ángel tras interceptar la señal de su anillo hasta una villa en Italia que pertenece a nadie menos que Massimo Russo. Conozco que Jensen, su padre biológico, mantenía negocios con él. Pero la relación va más allá, ellos se conocieron en el círculo. Entiendo perfectamente porqué Massimo ha decidido secuestrarla. No es como si Ángel le diera la oportunidad a todos sus pretendientes de acercarse a ella.
Solo aquel que tenga algo que ofrecer puede mantenerse cerca de ella, como Alex, que le ofrece su poder, estatus y economía, aparte de brindarle protección y haber hecho crecer industrias Deberaux el doble en menos de año. Sebastian fue útil porque mantenía contacto con Bellamy, pero en cuanto ella fue atacada, Ángel lo sacó del radar. Massimo no es diferente, alguien que no es de utilidad es reemplazado con facilidad, él fue reemplazado en los primeros ataques a la ruleta porque resultó ser un inútil.
Al subir la montaña, nos desviamos por un pequeño camino de piedra descendiente, hacia un lugar apartado y escondido tras grandes arbustos frondosos. Todos entramos hacia la cueva, escondida tras una roca cuyo mecanismo se activa a través de un anillo parecido al de Ángel. Camille es quien nos abre la entrada.
