4| Objetivo.

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"Quién no quisiera, por un segundo, traspasar la barrera entre la vida y la muerte solo para ver a esa persona, una última vez"

"Quién no quisiera, por un segundo, traspasar la barrera entre la vida y la muerte solo para ver a esa persona, una última vez"

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Ángel.

Una pequeña astilla había decidido que era el mejor momento para meterse en mi dedo cuando pasé mi mano por la mesa en un intento de alejar los lápices y bolígrafos que había dejado encima.

— ¿Le duele? — pregunta Bjorn por enésima vez.

— Te he dicho que si, ah... — gruño cuando intenta sacarla de nuevo — no, Bjorn no te muevas, por el amor de Dios no la saques.

— ¿Es tu primera vez? — se burló.

Lo miro de mala manera — claro que es mi primera vez, por eso te estoy diciendo que traigas algo que...

Antes de que finalice la frase Alex entra, chocando la puerta contra la pared y llamando la atención de ambos, el golpe resuena por toda la estancia.

— ¿Alex? — demando cuando se acerca hasta nosotros algo desconcertado.

— ¿Qué coño estáis haciendo? — exige.

Le arrebato mi dedo a Bjorn y corro hasta Alex para enseñarle — mira, es una astilla, pero no quiere salir y ya no sé qué hacer, me duele mucho, Alex — me quejo.

Él acaricia mi cabeza y besa mi frente. Sus manos rodean mi cuerpo y me lleva en brazos hasta mi cama. Con cautela, me deja sentada en el borde. Nuestros ojos se conectan un segundo antes de que él preste atención a mi herida.

Sentado a mi lado, él extrae la astilla con cuidado, metiendo mi dedo en su boca siento la presión que ejerce al succionar para sacar la pequeña aguja de madera.

Me quedo sin aliento al verlo chupar mi dedo, mi boca se reseca y mantengo mis labios separados al mismo tiempo que respiro con pesadez, extasiada al verle con una parte de mi cuerpo en contacto con su caliente lengua.

— ¿Como te has metido esto? — demanda en un tono de voz duro una vez la ha sacado, despertándome de mi letargo.

Me encojo de hombros — es... por tu culpa — bufo, alejándome de él.

Sus cejas se arquean — ¿Y ahora, porqué?

— Si no tuviera que revisar todos esos documentos, no estaría clavándome cosas en mi cuerpo.

Alex traga saliva, pese a que su rostro se mantiene sereno, seguramente se siente culpable. Lo que me arranca una sonrisa.

— ¿Ya lo has revisado todo? — demanda.

Mis esperanzas se deshincharon como un globo de aire mal cerrado cuando vuelve a poner ese tono de voz seco.

— No, todavía — susurro.

Sumisa ©Onde histórias criam vida. Descubra agora