"Un pasó más cerca del caos más lejos de ti"
— ¿Esa es Ana?
Camille la mira con unos prismáticos térmicos. Aunque solo ve colores, sabe que está dentro del coche.
— Ahá — musito.
— ¿Seguro que solo lo utilizas? — inquiere mientras repasa a Alex de arriba a bajo.
Sé, por la forma en la que se muerde los labios, que no está utilizando el modo térmico.
No lo sé.
— Sí.
De camino aquí, en el coche, le conté a Camille toda la historia, no esperé que le interesara tanto el drama.
— Oye, ¿y no estaba más sexy el italiano?
— Camille — le replico, echando un vistazo a Hunter.
Ella ríe — es que prefiero a los italianos, los rusos... se ven calientes, pero los siento muy toscos al... ya sabes, y yo necesito que me digan cosas húmedas mientras estamos en ello.
Alex también me dice cosas mientras tenemos sexo...
— Camille, cállate — le pido, borrando de mi mente las noches con Alex.
— Oh, vamos, por lo menos dime qué tan grande la tiene.
— Qué asco — se queja Hunter.
— ¿Cómo quieres que sepa eso?
— ¿No se la has medido nunca?
Mis cejas se arquean — vamos a dejar el tema.
— ¿Te cabe en la boca?
Hunter empieza a recoger su equipo y se marcha colina abajo, en busca de otro puesto de visión donde no tenga que escuchar a Camille. Cuánto lo entiendo.
— Apenas... — intento recordar las veces que le he hecho sexo oral a Alex, no he llegado a metérmela entera jamás — no lo sé — admito, dándome cuenta de que me he dejado arrastrar por sus perversiones.
— Es entendible porqué sigues casada con él.
— Por su poder, Camille.
— Ya... será eso. También estaría con mi ex si tuviera ese poder entre las piernas.
— Camille por el amor de Dios, es mi enemigo también.
— Uno al que te tiras — se burla.
Ruedo los ojos.
La cosa se pone seria cuando Alex no le dispara a Ana en cuanto sale del coche . Idiota.
— Debiste matarla — gruñe Camille — esa puta casi me atrapa dos veces.
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Sumisa ©
RomanceLibro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el bajo mundo junto al poder que siempre había ansiado. El dragón rojo era sin duda el sueño de muchas mujeres, y también su perdición. El apodo...