120| Viejos amigos

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"Ser fuerte no significa no estar roto, muchas veces es todo lo contrario"

"Ser fuerte no significa no estar roto, muchas veces es todo lo contrario"

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Hacía mucho tiempo que no me ponía botas. O un traje negro de estilo militar. Y tampoco suelo utilizar chaleco. La herida en mi estómago quema. Me recuesto en el asiento del coche. Estamos esperando a la respuesta de Gideon desde hace algunas horas. Beau ya se acerca a la frontera, cuando ese idiota nos deje entrar por las malas, irá hacia Milán, donde parecen haber encerrado a Ángel en una Villa, en el lago Como.

— Señor... ¿Está bien?

Bjorn se ha mantenido callado la mayor parte del tiempo, pero supongo que todo tiene un

límite.

— Qué quieres — exijo.

— Saber si está bien.

— Estaré bien cuando tenga a Ángel conmigo.

— Señor, si ella no quisiera volver...

Le interrumpo antes de que prosiga — volverá así tenga que traerla a rastras.

Bjorn suspira. Las horas siguen pasando, a estas alturas deben haber caído dos de los proyectiles que he ordenado que lancen.

No es hasta que pasa la tercera hora, después del tercer proyectil, que Gideon me llama.

— El padre de Massimo no estaba en Italia, tampoco sabía nada del secuestro de tu mujer, Alex. Ha dejado entrar a los tanques por la frontera con Francia como muestra de paz, pide que ya no lances más proyectiles y ha indicado que den acceso a tu avión a cambio de que no envíes más misiles.

Sonrío en la comodidad de mi coche. En realidad estamos yendo desde Francia hasta Suiza y luego bajaremos hacia el lago Como, donde ese hijo de puta tiene a mi mujer. Así que fingí que iría en un avión para ver qué haría el padre de Massimo, solo quiero probar su lealtad. Si a mi supuesto avión le ocurre algo, mataré a su hijo.

— Bien, no se te ocurra meterte en esto.

— No, claro que no.

Cuando cuelgo, Bjorn me mira. Se ve demasiado metido en sus pensamientos mientras cruzamos Suiza por carretera. Han sido cinco horas, unas pocas más y habremos llegado.

— QUé — exijo.

— ¿Esto es por Ángel, o porque de nuevo Massimo le ha robado una mujer que quiere hacer suya?

Arqueo una ceja — ¿desde cuando te importa?

— Si no la ama, le hará daño.

— Eso no es de tu incumbencia, Bjorn.

— Así que no la ama.

— Eso no es asunto tuyo, Bjorn. Sé que le tienes aprecio pero no tiene nada que ver contigo lo que yo sienta por una mujer que ya es mía.

Sumisa ©Where stories live. Discover now