Capítulo 3: En compañía

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|NARRA _____|


Mike y yo llevábamos juntos tres meses. Estaba feliz, tenía un compañero. Ya no tendría por qué recurrir a mí misma para poder hablar. "¡Traidora!", mi propia cabeza me regañaba.

—¡Calla! —Dije frustrada pero, esta vez, y sin darme cuenta, en voz alta—. Que dolor de cabeza.

Mike me miró, confundido y extrañado. Le sonreí incómoda, seguro que piensa que se me ha ido la olla. Miré por la ventana para comprobar que ya había entrado la noche. Un día más había transcurrido. Nos sentamos a los pies de la cama. Llevábamos dos días en una casa abandonada para reponer las fuerzas y los suministros.

El niño apoyó su cabeza en mi hombro y le acaricié el pelo. Un mundo así no era lugar para un niño tan inocente como Mike. Durante los tres meses en los que habíamos sido compañeros, entablamos una buena amistad. Se había convertido en mi hermano pequeño.

— Duérmete. —Le susurré—. Hoy haré yo la guardia.

— ¡Llevas haciendo guardia demasiadas noches seguidas! —Me miró a los ojos con preocupación—. Tienes que descansar, ________. Acabarás cayendo enferma.

— Estoy bien, Mike. —Dije, bostezando—. Ayer dormí dos horas, fue más que suficiente.

El chico se encogió de hombros y no tardó en dormirse. Por fortuna, esta casa nos ha durado lo suficiente como para poder resguardarnos durante un par de noches. Mike tenía razón, no podía engañar a nadie. Tenía sueño, muchísimo sueño. Los ojos se me cerraban solos y los párpados me pesaban.

No tardé en quedarme dormida.


|FLASHBACK|


Alguien llamaba al timbre. A pesar de llevar los cascos puestos, se podía escuchar el sonido de la campanilla retumbar por toda la casa. Ayer cumplí los trece años y, como regalo, papá me entregó mi primera pistola. Probablemente el regalo más caro de todos mis cumpleaños. Sonreí al recordar aquel momento. 

De repente, escuché sollozos. Alguien estaba llorando en la planta baja. Me asusté y saqué mi pistola de debajo de la cama; defendería mi casa y a mi familia. Pese a no tener ni idea de cómo usar el arma, no tenía miedo de probarla en caso de que fuera necesario. Matar o morir, pura ley de vida. 

Bajé las escaleras y vi a mi madre de rodillas en el suelo. El mejor amigo de mi padre estaba de pie en el umbral de la casa, vestido con su traje de policía. En ese instante, supe lo que había ocurrido y, sin siquiera darme cuenta, tenía las mejillas empapadas de mis propias lágrimas. La imagen de mi padre no se iba de mi cabeza, provocándome un dolor en el pecho que en mi vida había experimentado. Agarré con fuerza mi camiseta, como si aquello me fuera a aliviar el vacío que sentía.

— Papá. —Dije en voz baja.

Mi madre me vio y corrió a abrazarme. Tom, que por aquel entonces tenía quince años, salió de su habitación y no tardó en darse cuenta de lo que había ocurrido. Regresó a su cuarto y cerró de un portazo, como si esas cuatro paredes lo fuesen a proteger de la realidad. A pesar de encontrarse en la segunda planta, lo pude escuchar llorar y gritar. 

Pero, ¿dónde estaba Joel? El mayor de los tres siempre se quedaba en casa cuando mi padre se marchaba a trabajar. Como si me hubiera leído la mente, apareció al lado del mejor amigo de mi padre. En su rostro estaba grabada la marca de una mano ensangrentada. Estaba confundida. por una milésima de segundo se me cruzó por la mente la idea de que fue él quien lo mató. Pero no tardé en desecharla. Era imposible. 

Separé cuidadosamente a mi madre, que había permanecido junto a mí, y la besé en la frente. Me acerqué a mi hermano de diecisiete años. Antes de que pudiera decir nada, habló:

— Lo mataron. Justo delante de mí, le dispararon en el estómago.

Entonces me acordé de que hoy era el día del padre. Papá se había llevado a Joel al trabajo para mostrarle el oficio. Me llevé ambas manos al rostro, espantada al imaginarme cómo tuvo que transcurrir la escena.

— Hubo un tiroteo inesperado. —El amigo de mi padre, Peter, lloraba mientras contemplaba las fotografías de mi padre que había situadas encima de una mesa de la entrada.

— Al menos pude despedirme de él. —Susurró Joel.

Me acerqué a él para abrazarlo con fuerza. Me derrumbé a llorar, empapándole la camiseta a mi hermano.

— Se ha ido. —Susurré—. Papá se ha ido.


|FIN DEL FLASHBACK|


Me levanté gritando y sudando. ¿Por qué volvía a recordar esa mierda de día? ¿Por qué tenía que volver a pasar por ese momento? Por suerte, Mike no se había despertado. Coloqué mis brazos alrededor de mis rodillas, y me derrumbé a llorar. Estaba asustada, por primera vez en mucho tiempo volvía aquel sentimiento. 

Yo no solía llorar muy a menudo. De hecho, son pocas las veces en las que me he derrumbado y, todas ellas, vienen asociadas a situaciones verdaderamente atroces. Como la muerte de mi padre o la de mi madre. Los echaba de menos, también a mis dos hermanos. ¿Qué habrá sido de ellos? ¿Estarán vagando por las calles comiéndose a la gente o estarán luchando por sobrevivir? Tenía que olvidarme de ellos. Ahora solamente tenía a Mike, eso si no lo perdía como al resto de mi familia.

No podía permitir que nada le ocurriese. Este niño, mientras yo siga con vida, estará sano y salvo. "¿Igual que mamá?", me torturé. Se me formó un nudo en el pecho al recordar a mi madre. De nuevo, comencé de arrepentirme por no haber apretado aquel gatillo. 

"Todos sufren por mi culpa. Mike también lo hará", el nudo que sentía se intensificó. "Todos, tarde o temprano, se van", seguí comiéndome la cabeza. Lloré más fuerte hasta que sentí como unos brazos me envolvían.

— Yo también tengo pesadillas. —Escuché la voz del niño—. Aún recuerdo a mi familia.

Lo abracé con fuerza y me sorbí la nariz.

— No llores, hermanita. —Me dijo dulcemente—. Estaremos bien.

Esas palabras me impactaron. ¿Hermanita? Solo Joel y Tom me han llamado así. Ninguna otra persona, a parte de ellos dos, podía decirme ese nombre. Y ahora incluía en esa lista de personas a Mike. Ahora podía considerar a aquel chico asustado que me salvó la vida mi hermano.

— Estaremos bien, Mikey. —Le sonreí, secándome las lágrimas—. Te lo prometo.

Suspiré. Al cabo de un rato, nos volvimos a dormir. 


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¡HOLA! 

¿Cómo están? Espero que bien <3

Aquí traigo un nuevo capítulo con un poquito más del pasado de ________. ¡SÉ QUE ES TRISTE! Lo siento, pero así soy yo de cruel >:D

¿Qué les ha parecido?



- Fecha original de publicación: 15/02/2015.

- Fecha de la edición del capítulo: 20/06/2018.

¿SOLA?  (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora