Capítulo 4: ¿Mike?

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|NARRA  ______|


 Oí unos gritos que, por desgracia, me resultaban familiares. Abrí los ojos y vi que Mike ya no se encontraba a mi lado. Solo podía oír gritos.

— ¡Mike! —Le llamé a gritos. Pero no obtuve respuesta.

Fui a abrir la puerta del cuarto pero esta se encontraba atascada. Con todas mis fuerzas traté de abrirla, pero no había manera de que cediera. Los gritos proseguían y los nervios no me permitían pensar con claridad. Finalmente, opté por la única opción que me quedaba. Agarré mi pistola, de la cual conseguí munición hace poco, y disparé contra el pomo de la puerta, destruyéndolo al instante. Di una fuerte patada contra la puerta, abriéndola de un portazo.

Solamente veía walkers. El pasillo estaba repleto de caminantes. Recogí mi dos mochilas y comencé a matar a todos los que se me cruzaban por el camino. La casa estaba completamente infestada, invadida por los muertos. Los gritos reaparecieron.

— ¡Mike! —Volví a chillar, haciéndome daño en la garganta—. ¿Dónde estás? ¡Mike!

No hubo respuesta, solo entraban más walkers en la casa. Las ventanas estaban rotas, al igual que la puerta. Una horda nos estaba atacando. Corrijo, me estaba atacando. Mike seguía sin aparecer y sus gritos cada vez sonaban más distantes. 

La angustia me oprimía el pecho, la adrenalina aceleraba mis latidos y respiraba con irregularidad. "Tienes que marcharte, _______", me gritaba una parte de mí. "No puedo marcharme sin Mike", debatí conmigo misma. "Está muerto, acéptalo", mis propios pensamientos me dolieron. Mike era como mi hermano y no podía abandonarlo. 

Mi madre siempre me decía que no se debía abandonar a un compañero. Ahora la situación se había vuelto peor; estaba volviendo a recordar a mi madre. "¡Saca tu culo de esta casa y corre!", me decía. Sin escuchar a mis instintos de supervivencia, continué revisando la casa. No había rastro de Mike. 

Sentí como los ojos se me cristalizaban ante la idea de haberle perdido. Observé un segundo por la ventana para contemplar que todo estaba infestado de caminantes. "Sino me marcho ahora, moriré", sabía que tenía razón, tenía que marcharme ya o no lo lograría. Por mucho que me doliese, tenía que hacerlo. Tenía que irme

— ¡Mike! —Grité con desesperación una última vez. Como era de esperar, no hubo respuesta.

Eché a correr aún dentro de la casa, matando a todos los walkers que se me acercaban. Llegué a la puerta trasera, la cual abrí de una simple patada. Cuando me dispuse a a salir, un caminante se abalanzó sobre mí. 

Estaba perdiendo tiempo de escapar y los amigos de mi atacante se acercaban. Coloqué mi brazo en el cuello del walker que estaba encima de mí, lanzándome mordiscos. Yo apartaba el rostro, tratando de esquivarlos. Durante la caída, la pistola se había desplazado un par de metros así que, mientras evitaba los mordiscos del monstruo que tenía encima, extendí el brazo, buscando con desesperación el arma. 

Los caminantes se acercaban, no me quedaba mucho tiempo. Mi atacante lanzó un último mordisco, que iba directo a mi brazo, pero cogí el arma a tiempo. Le volé la cabeza al muerto viviente, manchándome de sangre y carne la camiseta. En ese momento, los walkers dejaron de venir a por mí. Me revisé y vi que estaba pringada de sesos de caminante. El asco me invadió y comencé a tener arcadas. "Tengo que salir de una puta vez", me dije, antes de huir corriendo. 

Mientras escapaba de la casa, sentí un inmenso dolor en la pierna y, por ende, comencé a cojear. Miré la extremidad herida y comprobé que esta sangraba. Me detuve un segundo, aprovechando que estaba ya lejos de aquel refugio infestado. Tenía un corte, que no paraba de sangrar. 

Recordé mis actos para averiguar qué fue lo que causó la herida. Al tirar la puerta abajo me corté con algún trozo de madera y, seguramente, por culpa de la adrenalina no me he dado cuenta del dolor hasta ahora. Saqué un pañuelo de mi mochila y lo enrollé alrededor de la herida. 

Suspiré con cansancio. Estaba perdida en medio de un estúpido bosque. Busqué un árbol de tronco ancho y, cuando lo encontré, apoyé mi espalda en él. Me deslicé hasta llegar al suelo. Comencé a llorar. Estaba asustada.

— Mike... —Susurré. Había perdido a otra persona más, a otra persona que me importaba.

Una repentina rabia me invadió.

— ¿Disfrutas? —Grité al cielo—. ¡Ya vuelvo a estar sola! ¿Contento? —Quería golpear algo—. ¡Ya podrías matarme a mí también! 

Recordé a Mike y perdí las fuerzas. Sentí un nudo en el pecho al imaginarme lo que esos monstruos le han podido hacer a ese niño alegre y sonriente que, pese a estar en un maldito apocalipsis, no dejaba de ser positivo. 

Él era un pequeño héroe. Yo no era más que una simple cobarde. 


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¡HOLA!

¿Cómo están? Aquí os traigo un nuevo capítulo. 

¿Qué pensáis que le ha ocurrido a Mike? Dejármelo en los comentarios.

Espero que os esté gustando la historia <3

¡Os quiero!

Besos.



- Fecha original de publicación: 21/03/2015.

- Fecha de la edición del capítulo: 22/06/2018.

¿SOLA?  (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora