Capítulo 23: ¿Me perdonas?

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|NARRA  ______|

Se trataba de una figura masculina, que permaneció plantada en la puerta. Julia se levantó y fue a ver de quién se trataba.

Mientras tanto fui a la cocina a servirme un vaso de agua, el cual me bebí apoyada en una de las encimeras.

— ¿_______? —Me llamó Eva desde el salón.

— Sí, dime —Contesté, alzando la voz para asegurarme de que pudiera escucharlo.

— Tienes visita —Respondió Julia. 

"¿Visita? ¿De quién?", me pregunté. Dejé el vaso en el fregadero, no sin antes darle un último sorbo, y me dirigí al salón para averiguar de quién se trataba mi supuesta visita. Para mi sorpresa, era Carl. Fruncí el ceño al verle, pues el muchacho  estaba empapado. Ni me había enterado de que estaba lloviendo.

— ¿Qué quieres? —Pregunté, cruzándome de brazos.

— ¿Podemos hablar? —Notaba la incomodidad en su voz— A solas, a ser posible.

Me giré para ver a mis dos amigas espiándonos, con las cabezas asomándose por el hueco del salón. Ambas suspiraron y subieron a la planta de arriba. Me hice a un lazo para que el chico pasara y ambos nos sentamos en el sofá, aunque alejados el uno del otro. Le di una manta para que no cogiera frío, después de todo el chico estaba mojado por la lluvia.

— Lo siento —Dijo al fin—. De veras que lo siento.

— ¿Por qué coño dijiste eso de mí? —Le pregunté enfadada. Igual estaba siendo demasiado dura con él, pero me había ofendido que hablara mal a mis espaldas—. Nos estábamos empezando a llevar bien y vas y la cagas.

— No sé. Lo siento. Era la única manera de que.... Déjalo —Le miré incrédula. ¿Qué clase de explicación era esa? "Señoras y señores, así es como Carl se disculpa", pensé—. A ver, que no sé cómo explicarlo. Me sentí solo y pensé que encajaría con Helena y con estas si decía algo de ese estilo. Es estúpido, lo sé.

Miré al chico. Me seguía molestando lo que había hecho, pero por lo menos había venido a disculparse. Traté de ponerme en su situación. Todos en algún momento de nuestra vida la hemos cagado, yo la primera.

— Te perdono —Dije—. Pero con una condición.

El chico me miró con una mezcla de curiosidad y desconfianza, como si no se fiara de lo que fuera a decir. Si de verdad quería una segunda oportunidad, tendría que hacer un reto. Así por lo menos me lo paso bien un rato. Me reí ante la idea que se me acababa de ocurrir y Carl pareció arrepentirse de haber venido.

— ¿Qué tramas? —Preguntó.

— ¿De verdad quieres que te perdone? —Le cuestioné, aunque esta vez fue con un deje burlesco. El asintió confuso—. En el almacén hay unos disfraces, que los vi el otro día. Vístete con cualquier cosa que se parezca a un vestido de princesa, vuelve aquí y grita a pleno pulmón bajo la lluvia: "¡Soy una mariposa libre!".

— Tú eres tonta.

— Qué pena, pudimos haber sido muy buenos amigos —Me di la vuelta con un fingido victimismo, a lo cual Carl suspiró.

— Lo que tengo que aguantar —Le escuché murmurar mientras se levantaba del sofá y salía de la casa.

Me empecé a partir de risa. Sinceramente no me esperaba que lo fuera a hacer, puesto que de haber sido yo le habría mandado a tomar por saco. Me acordé de lo que me dijo Eva. "¿Y si de verdad le gusto?", me pregunté. Yo no me humillaría de esa forma a menos que la persona por la que lo fuera a hacer me tuviera loca.



|NARRA  CARL|

¿De verdad iba a hacerlo? ¿Iba a humillarme para que ______ me perdonara? Me gustaría saber qué fue de mi orgullo. Aunque las cosas como son, no estaría en esta situación de no haber hablado mal de ella. Una vez cogí el disfraz del almacén fui a casa para cambiarme. Me puse el atuendo. Parecía un chiste hecho persona, estaba patético.

— Ya puede merecer esto la mena —Dije en voz baja, levantándome la falda para poder bajar las escaleras. El puto vestido era demasiado largo.

— ¿Carl? ¿Qué haces? —Mi padre me miró con una expresión que no supe descifrar—. Calla, mejor no quiero saberlo. El apocalipsis te está afectando demasiado.

Le miré de mala manera. Suficiente me estaba humillando ya como para que mi padre se pensara cosas raras de mí. Salí y me dirigí a casa de Eva, cagándome en la lluvia, que no dejaba de caer a chorros. A este paso me iba a coger una neumonía. Llamé a la puerta, y me abrió la chica que esperaba verme haciendo el ridículo. Abandoné el porche para ponerme una vez más bajo la lluvia y empecé a gritar a pleno pulmón.

— ¡Soy una mariposa libre! —Daba saltos en el aire a la vez que agitaba mis brazos, como pretendiendo volar. Mentiría si dijera que no me lo estaba pasando bien. Después de todo, la situación era algo graciosa.

_______ se empezó a partir de risa. Verla feliz me hacía feliz, aunque eso implicara cogerme una hipotermia por bailar vestido de princesa. Me acerqué a ella.

— ¿Puedes perdonarme para dejar ya de bailar? Daryl me dispararía si me viera.

— Venga, te perdono. Ya te has humillado bastante —Me dijo, y a continuación me dio un beso en la mejilla, acción que me dejó bastante desconcertado—. Buenas noches, mariposa. Pásatelo bien volviendo así a casa.

Se dio la vuelta y entró en casa de Eva. Como un niño de cinco años me toqué la mejilla donde me había dado el beso. A pesar de la estupidez del gesto no pude evitar sonreír.

— Definitivamente —Dije, dándome la vuelta para volver a casa—. Esta chica me gusta.


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¡Buenas!

Nuevo capítulo, rayita y Carl han hecho las paces TTwTT. Bueno, os quería dedicar el capítulo a todas las lectoras. Vuestros comentarios me han sacado más de una sonrisa. Gracias por subirme el ánimo, enserio, sois fantásticas.


Un besazo enorme,

Mire.

PD: Votar y comentar, muchas gracias :).



- Fecha original de publicación: 26/04/2015.

- Fecha de la edición del capítulo: 26/03/2020.

¿SOLA?  (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora