Capítulo 57: El comedor

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|Narra  _______|


Me marché después poco después de mi conversación con Carl. Según subía las escaleras para regresar a mi piso, me encontré a la misma chica que vi antes en la puerta del apartamento de Rick. Si no recuerdo mal, su nombre era Ellie. La chica se percató de mi presencia y una sonrisa se dibujó en su rostro nada más verme.

— ¡Hola! —Dijo con una voz cantarina. La observé curiosa—. Mi hermana me ha hablado de ti, ¿eres la chica de los padres militares?

— Sí soy yo, me llamo ______.

— Ellie, encantada —Echó la cabeza a un lado y me miró con los ojos entrecerrados, una sonrisa pícara se plasmó en su rostro—. ¿Eres la que ha hecho que el chico se pusiera nervioso?

— ¿Eh?

— ¿Sois novios? —Se acercó a mí y me sostuvo por los hombros. Me sorprendió lo directa y afectiva que era esta chica—. Perdón, es que soy muy cotilla.

No supe que contestar a eso.

— ¡Yo también tengo novio! ¿No es genial? Se llama David, seguro que os llevaríais bien —Creo que mi expresión reflejó un poco mi desconcierto por este intercambio de información—. Perdón, es que no estoy acostumbrada a que haya gente joven, aquí solo hay viejos —Levantó su muñeca izquierda y miró la hora—. Prepárate, mi hermana no tardará en llevaros hasta el comedor. Es muy puntual, te lo advierto.

— Supongo que nos veremos en el comedor —Le dije.

Ellie asintió y se marchó andando de una manera divertida. Esta chica era un poco abrumadora, pero me caía bien, se la veía buena gente. Continué andando por el pasillo hasta que me encontré en frente de la puerta de mi apartamento. Abrí la puerta con la llave y me dirigí a mi habitación compartida. En el armario había algo de ropa, la cual  y me dirigí al cuarto de baño. Si era cierto que Emily era puntual más me valía ducharme pronto.

Sentía como si hubiesen sido siglos desde mi última ducha y me moría de ganas por estrenarla. Me quité la ropa y la dejé a un lado de la limpia. Me duché en menos de cinco minutos y me vestí lo más rápido que pude. El cabello mojado lo recogí en un moño. Con una camiseta de manga larga gris y unos vaqueros negros, salí del baño sintiéndome más limpia que nunca. Después de haber dormido en un árbol, me sentía en un hotel de lujo.

Aún no había oído que llamasen a la puerta, por lo que me dirigí a la habitación de Mike. Llamé tres veces y me quedé al otro lado esperando hasta que oí un "pasa"  por parte del niño. Abrí la puerta y el pequeño rubio sonrió al verme.

— ¡______! —Exclamó Mike y con una sonrisa me senté a los pies de su cama—. ¿Te sientas conmigo para la cena?

— Claro, eso no lo dudes —Admiré su habitación, la cual tenía el mismo espacio y distribución que la mía. Las sábanas de su cama eran azules mientras que las mías eran blancas, en la estantería que había junto a un escritorio pegado a la pared se encontraba una gran colección de libros de guerra y armas—. ¿Te gusta este sitio? Me refiero a La Zona R en general. ¿Te sientes seguro?

— Sí, me encanta este lugar —Al niño se le veía ilusionado. Su estómago gruñó—. A ver si Emily viene para poder cenar, me muero de hambre.

Justo llamaron a la puerta principal y sonreí soltando un "hablando del rey de Roma". Le di un golpe cariñoso en la pierna a Mike y salimos del cuarto. Tom y los demás también se habían terminado de preparar y fui a abrir la puerta. Efectivamente se trataba de Emily, quien lucía una sonrisa acogedora.

¿SOLA?  (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora