Fin

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Valentina miró fijamente a Juliana quien en una mecedora se balanceaba con su bebé en brazos. Dos meses atrás había nacido por cesárea Alessandra y Valentina había volcado su amor y su cuido a su bebé y su amada esposa, claro sin descuidar a André e Isabella. Se aproximó y con delicadeza extrema descubrió el rostro de la bebé, al confirmar que ya estaba dormida la tomó en sus brazos y la colocó en su moisés. Activó los intercomunicadores y en voz muy baja dijo,

- Juls, ven conmigo- Juliana se levantó, tomó su mano que estaba extendida y salieron de la habitación. Valentina la dirigió a la habitación de ellas y ya ahí dijo con sencillez,

- Te he extrañado tanto!

Juliana no pudo evitar dejar escapar una sonrisa,

- Pero si no me he ido a ningún lado- respondió Juliana con dulzura.

- No, pero por tu cesárea, y las recomendaciones médicas no habías podido reanudar tu vida normal. Lo bueno es que hoy tu doctora te dio de alta .

Valentina se acercó a ella, rodeó su cintura con sus manos, era obvio que estaban hechas la una para la otra, sus expresiones faciales denotaban una expresión placentera. Ya eran un matrimonio con tres hijos y muchas experiencias vividas, una muy locas otras no tanto, pero experiencias al fin que las había fortalecido como pareja. Las miradas que se entrecruzaban entre ellas, eran ardientes, como si todavía fuesen las locas de antes, las que vivían el amor sin restricciones y donde fuera.

Mantenían sus miradas.

Dos meses de abstinencia, era demasiado.

Valentina la empujó blandamente sobre la cama,

- Oh, Val! - susurró Juliana.

- Te amo tanto, Juls! Eres la única persona que me ha llenado tanto! Soy tan feliz de tenerte conmigo, de haber formado esta familia.

- Yo también te amo!- dijo Juliana ahogadamente.

No hubo más palabras, sus bocas se encontraron y sus lenguas iniciaron un juego incansable e interminable. Sus manos, sus cuerpos se entregaron de lleno al placer que anhelaban. Se agitaban hambrientas en la amplia cama.

Se desvistieron precipitadas.

La posesión era apasionante, vehemente, llena de fuego, un ímpetu desenfrenado. Besos ardientes que parecían iban a reventar los labios,

- Juls... tenía tanta hambre de ti!- dijo con voz vibrante Valentina.

Juliana se agitó bajo ella, estaba más sensible que de costumbre, se pegó más a ella para sentirla más. Se convulsionaba de placer.

Esta era la vida de ellas.

Esa vida por la que lucharon.

Hubo una época negra en sus vidas, pero eso ya ahora era pasado.

Su gran amor, las posesiones sin igual, la ternura, la emotividad, ese nexo que las unió desde el primer momento, los hijos... tenían todo lo que habían soñado un día y ya nada se interpondría entre ellas.

El verdadero mundo de amor  de Valentina comenzaba con Juliana y ahí terminaría.

Ahora vivían como lo habían deseado y sería para siempre.

❤️❤️❤️

Aquí les dejo el final de esta bella historia de amor, una historia real con un toque de ficción. Agradezco a mi amiga que me compartió detalles tan propios y tan íntimos los cuales pude compartir con ustedes. Hoy llega a su final y me deja con gran satisfacción. Saludos! Y sigan cuidándose, el COVID sigue allí amenazante. Besos!

Colorín, colorado...

Soy como quiero ser (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora