Amenazas?

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El tiempo había seguido su curso,  Juliana Valdés estaba satisfecha de lo que había logrado, se sentía por primera vez contenta del rumbo que llevaba su vida, el buffet estaba yendo viento en popa, su hijo no estaba traumatizado por la ausencia de su padre, solo faltaba alguien para sentirse completamente plena. Y no sabía si tendría una oportunidad con ella.

Estaba en su oficina redactando una escritura cuando las puertas de su despacho se abrieron en par de una manera brusca y estrepitosa, León Carvajal entró como un torbellino sin ser anunciado, Renata su asistente entró tras de él y muy apenada solo atinó a decir por tan abrupta visita.

- Lo siento! No me dio tiempo de nada- levantó sus hombros mostrando impotencia ante tal acto.

Leon se acercó y quedó de pie frente a ella, colocó sus manos sobre el escritorio y se inclinó ligeramente para dirigirse a ella, su mirada era dura y su rostro parecía de piedra.

Juliana se dirigió a Renata,

- Está bien! No te preocupes! Cierra las puertas- le indicó.

León estaba evidentemente indignado, su voz denotaba su enojo, pero sin gritar exclamó

- Me acabo de enterar que tienes tus oficinas aquí, a pesar de que todo esto me pertenece, no llevo el control absoluto de todo... si lo llevara ten la seguridad que no estarías aquí. Qué pretendes? Porqué estas acá? - preguntó- Deberías saber que no eres bienvenida.

Juliana manteniendo la calma explicó,

- No pretendo nada! El mudar mis oficinas a esta torre se debió a una sugerencia de un cliente, Alessandro Mazza es un accionista, tengo entendido, no sabía de la relación con los Carvajal, los asuntos legales que llevamos de Alessandro no tienen nada que ver con los asuntos de su consorcio, puesto ustedes tienen sus propio departamento legal.

- Alessandro es un socio minoritario- aclaró León para luego proseguir- Mira, tu me hiciste mucho daño! Lastimaste a mi hija, mi tesoro más preciado y eso no lo perdono. No te quiero cerca de ella! No quiero verla llorar de nuevo!!! Me entiendes???

El enojado caballero dio un golpe sobre la mesa haciendo saltar las carpetas, pisapapeles y otros objetos sobre el escritorio.

- No te le acerques- lo dijo haciendo movimientos de negación con la cabeza y con ese brillo en la mirada que intimidaría a cualquiera- Te voy a decir algo, tuviste suerte de ser una Juliana, porque si hubieras sido un Julián no estarías aquí en este momento. Nadie la caga  con un Carvajal y no paga las consecuencias de sus actos.

Juliana en todo momento se mantuvo ecuánime. Entendía el sentir de León. Sin embargo, no la amedrentaba.

- León, sé que hice mucho daño. Lastimé a quien más amaba! Y eso ni yo misma me lo perdono...

León la interrumpió,

- Amar? El que ama no hace lo que tú hiciste, tu no sabes lo que es amar.

- Es complicado- trató de explicar Juliana.

- Complicado lo que... - León no prosiguió, no iba a decirle todo lo que su hija había vivido- sólo quiero decirte que lamentablemente no puedo romper el contrato que firmaste, pero algo que si puedo hacer es prohibirte que te acerques a mi hija.

Juliana con voz calma respondió,

- Sigo amando a Valentina y si yo supiera que tengo la mínima oportunidad con ella, no la desperdiciaría. No cometería los mismos errores de antes. Porqué si antes no luché, esta vez lucharía como gladiadora por ella. Sin embargo, sé que está con alguien más y respeto eso. Pero el amar o dejar de amar es algo que usted no puede imponer.

León sabía que Valentina estaba sola, Lara ya no era parte de su vida. Sin embargo calló.

- Juliana, mientras yo viva jamás permitiré que te acerques a mi hija.

- Y mientras yo viva la seguiré amando. Y si existiera la mínima oportunidad de reconquistarla no la desaprovecharía. Y siento decirle que si la voy a buscar, porque necesito hablar con ella, pero no voy a entrometerme en su relación por ese lado puede estar tranquilo.

En ese momento ambos se quedaron frente a frente, silenciosos, midiéndose con la mirada. León la miraba con rudeza, con esa rudeza que sacaba cuando se metían con uno de los suyos y principalmente con su Valentina. No cruzó más palabras y dio la vuelta y salió de ahí.

A León le sorprendió la templanza al hablar de Juliana, la moderación y el equilibrio que mantuvo en todo momento, como soportó sus emociones desbocadas. lo general cuando el hablaba los demás casi siempre solo escuchaban. Sabía el efecto de sus palabras en los otros, sería realmente el amor que pregonaba sentir por su hija lo que le dio ese temple para enfrentarlo? León movió su cabeza no quería ni pensar en su disque amor.

Soy como quiero ser (Terminada)Where stories live. Discover now