Las facciones finas y delicadas de Valentina se endurecieron, después como que hiciera un gran esfuerzo para alejar sus recuerdos dañinos y pensamientos torturadores, agitó la cabeza, se puso en pie se dirigió a la sala que cruzó presurosa, yendo directo al sofá en el cual se había hundió para aclarar su mente.
Valentina Carvajal era una mujer audaz, perspicaz, con mucho mundo y sabía amoldarse a las circunstancias. Las palabras de su padre hacían eco en su cabeza: - No sé que te dio esa puta para que estés así!! Te vas a levantar ! Y vas a ir a esa boda! Porqué el desgraciado de Macario "mi amigo" nos mandó invitaciones! Es en ocho días. Y no vas a ir derrotada! Irás como la Valentina Carvajal que siempre fuiste! Esta Valentina que tengo frente a mi, no es mi hija! Quiero a mi hija de vuelta ok?
León Carvajal tenía razón, no podía echarse a morir por un amor frustrado. Iba a levantarse y mostrar su mejor cara, aunque por dentro estuviese muriendo. Las lágrimas no habían parado de correr por sus mejillas, y había perdido la cuenta de los días. El amor sólido que pensaban que compartían era solo una quimera. Las mentiras de Juliana habían sido una estocada a su corazón. Iba a poner un hasta aquí a su dolor. No podía permitirse seguir muriendo lentamente.
Se levantó del sofá, fue nuevamente al baño, pero esta vez no solo dejó correr el agua por su cuerpo, siguió nuevamente su ritual, usó sus productos favoritos, y aplicó un tratamiento a su cabellera. Salió de esa ducha con nuevo bríos.
Escogió unos de sus conjuntos favoritos, tomó las llaves de su vehículo y salió. Eso sí, caminó con su cabeza en alto, su andar estilizado. Ese caminar de pies arrastrados y cuerpo desgarbado ya era cosa del pasado. La aflicción, el dolor, la pesadumbre, su tormento y desconsuelo seguían ahí, pero no iba a permitir que siguieran destrozando su vida. Entró a su automóvil y manejó sin rumbo fijo, eso la llevó a relajarse un poco. Después fue a la boutique de una amiga de su mamá, una de las más famosas diseñadoras del país y escogió su conjunto completo. Si iba a la boda lo haría con bombos y platillos, no iría como la mujer que había fracasado en el amor.
Valentina sería el Ave Fénix.
Se había consumido por el fuego ardiente de la traición y la mentira, pero resurgiría de sus propias cenizas. Renacería! Alzaría un imponente vuelo y seguiría adelante.
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Como siempre que llegaba sola a SENS fue directo a la barra, se sentó y de inmediato el bartender se aproximó y le preguntó,
- Un cosmopolitan?
- No! Esta vez un buen mezcal! - le respondió- Sabes que? Tráeme la botella! - le dijo al chico antes que se retirara.
Y así mismo hizo el joven. Llevó la botella y un vaso de veladora y le sirvió. Valentina lo tomó entre sus manos, lo agitó haciendo que el líquido hiciera un movimiento circular, abriéndose todos los aromas, el ancho del vaso era perfecto, al tomar el primer sorbo introdujo su nariz percibiendo los aromas con mayor facilidad. Degustaba con placer el líquido, cuando escuchó que alguien la llamaba,
- Valentina Carvajal!!! Ha resucitado!!!- se oyó la voz alegre de una chica de cabello rubio, alta y ojos color avellana. Ah, y de muy buena figura, se acercó y depositó un beso en cada mejilla. Era Macarena Ferreiro la española,
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- Dichosos los ojos que te ven mujer! Qué tenía como tres años de no verte! Joder!! Siempre me preguntaba dónde estaría mi pija mexicana favorita!
Valentina no pudo evitar esbozar una sonrisa con sus labios,
- No me llames pija! Te lo he dicho! Que por estos lares tiene otros significados.
Ambas soltaron sendas carcajadas.
- Oye, no vas a creer esto, pero sabes que siempre te recuerdo.
- Te lo creo, siempre me decías lo maja que era, y que seguro sigo siendo.
Macarena ya había pedido otro vaso y le habían servido mezcal, tomó el vaso, inhaló el aroma y por encima del borde del vaso, le clavó una mirada profunda, penetrante a Valentina, en sus ojos se notaba, de hecho desbordaba libidinosidad.
- Eres muy maja! Si... te recuerdo por eso, pero principalmente por... el sexo. Cojones Valentina que eres una diosa en la cama!!! Eres la puta ama!!!
Valentina que todavía estaba dolida y triste, encontrarse a Macarena fue lo mejor que le podía pasar. Macarena era una bomba, atrevida, arriesgada, hasta decía que huía de la justicia española, pero la verdad con todo y sus cosas era obvio que era una mujer fina y de muy buena educación.
Macarena puso el vaso sobre el counter, y se fue aproximando lentamente, sin despejar su mirada de los ojos azules de Valentina, analizaba sus facciones, su reacción, supo que no la detendría y atrapó sus labios para dar inicio a un beso voluptuoso, como se los dieron antes en un pasado no tan lejano.
Valentina apretó ese beso y enmarcó con sus manos el rostro de Macarena. Y se entregaron en ese beso. Macarena apretó su cintura y se engolosinaron con el.
Valentina lo disfrutó, en su corazón oprimido y herido, hubo un poco de tranquilidad, a diferencia de la última vez no hubo sentimientos de culpabilidad, no estaba siendo infiel y tenía la libertad de hacer lo que quisiera.
Entre pláticas, bailes, besos y caricias se acabó el mezcal. No había nada más por hacer ahí, sin mediar palabras se tomaron de la mano y salieron del antro, para prolongar su encuentro en otro lado y a sus anchas.
