La última noche

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Valentina se hallaba en la cama, la luz estaba apagada, pero la habitación no estaba completamente a oscuras, cuando escuchó que se abría la puerta, por el rabillo del ojo vio a Lara llevaba una bata blanca de encajes, que destacaba la voluptuosidad de su cuerpo. Se deslizó cautelosamente en su lecho. Lara metió los dedos bajo su ropa y comenzó a palparla con deleite, haciendo que el cuerpo de Valentina se estremeciera.

Habían pasado las semanas y el momento había llegado, El viaje de Lara era un hecho y con el la separación. Esos días la situación entre ellas era en algunos momentos incómoda. Valentina no hizo promesas que no podía cumplir  y Lara supo que ella, la chica del ascensor, era una rival con la que no podía competir.

Lara continuó deslizando sus manos en ese cuerpo del que tanto gustaba,

- Valentina, quedan ya solo dos días.... me voy.

Valentina se volteó y quedó frente a ella, sus ojos estaban vidriosos, quería a Lara de eso no había duda, pero de su boca no salieron las palabras que ella anhelaba escuchar,

- Quédate! Te amo! - esas palabras jamás salieron de las cuerdas vocales de Valentina.

Valentina con voz trémula susurró,

- Lara, yo...

- No digas nada! Es mejor así. Por ahora disfrutemos nuestra última noche.

Y se acercó y depositó un beso suave, erótico en los labios de Valentina, beso que correspondió. Al terminarlo la ojiazul preguntó preocupada,

- Cómo que última noche? - cuestionó a Lara- todavía nos queda mañana?

Lara denegó con la cabeza,

- No! Hoy es la última. No me gustan las despedidas! - agregó con tristeza en su mirada- No nos veremos mañana y tampoco en el aeropuerto.

- Pero...

- Nada de peros... - afirmó Lara- ahora hazme tuya como solo tú sabes hacerlo- pidió con acento ronco.

Valentina tragó saliva, ahogó el sollozo que estaba por escapar de su boca, y apretó los labios de Lara en un prolongado y significativo beso.

Valentina no pudo enamorarse de Lara, pero una vez que la tocaba se excitaba de inmediato. Y Lara mientras saboreaba el beso la estaba acariciando a su gusto y antojo. La desvistió y la admiró arrobada.

- Eres bella, Valentina! Tienes el cuerpo perfecto, los ojos soñados... - su voz se quebró, no pudo seguir, Lara optó por besar a Valentina con un loco frenesí.

Era la última noche que iban a pasar juntas y Valentina se encargaría de que fuera inolvidable.
Valentina la besaba por todos lados, haciendo que Lara saltara del lecho del placer y de felicidad. No había rencor. Valentina nunca le mintió. Así que esa noche se estaba dando una entrega sincera y exquisita.

Los besos y caricias habían surtido un efecto tal en los pezones de Lara que estaban erguidos, firmes completamente erectos. Seguidamente Valentina empezó a besarlos y mordisquearlos, eso excitó aún más a Lara, que instintivamente separó sus piernas para que Valentina hiciera lo suyo.

Deslizó su mano por su centro y sintió lo mojada que estaba, su respiración agitada. Valentina había retardado el momento crucial, pero Lara ya lo anhelaba, levantaba sus caderas para sentir a Valentina, que la contemplaba con una brillante mirada. De repente, suspirante se inclinó hacia su centro y comenzó a deslizar su lengua en círculos alrededor de su clítoris y con dos dedos arqueándolos levemente la penetró y estimuló el punto G. Lara gemía y suspiraba y su bien moldeado cuerpo se retorcía de placer y gozo ante los hábiles estímulos de Valentina.

Valentina actuaba lento, parecía dispuesta a retardar la explosión de Lara.  Y Lara prefería que fuese así, estaba disfrutando lo indecible con el actuar de Valentina, ciertamente su última noche estaba siendo épica.

Cuando menos se lo esperaba Valentina, Lara se incorporó y la enredó con sus piernas haciéndole caer de espaldas para así subirse sobre ella y conectar sus dos centros, y empezó a moverse llena de sensualidad y deseo. Eran hábiles en estas lides del amor. Sus movimientos perfectamente sincronizados se volvieron más intensos, sus jadeos las encendían aún más, el frote incesante de sus intimidades las llevó a ese momento en que los cuerpos llegan a un clímax absoluto y divinamente satisfactorio.

No se conformaron con una vez, la noche se hizo corta para darse la mejor de las despedidas. Lara supo en ese instante que quizás nunca más se repetiría un momento así, pero pasará lo que pasara esa noche tuvo la certeza que jamás iba a olvidar la historia que vivió con la célebre Valentina Carvajal.

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Lara POV

Le dejé claro a Valentina que odio las despedidas, sin embargo como negarme a compartir un último momento con ella cuando con sus bellos y suplicantes ojos me pidió unas horas de mi última noche en la ciudad de México.

- Lara, no será toda la noche, será un par de horas y después te regreso a tu casa, yo entiendo perfectamente que quieres pasar la noche con tu mamá- dijo otras cosas más pero ya era un hecho le concedí esas horas.

Al llegar a su departamento me dejó gratamente sorprendida, las luces eran suaves y tenues, y no supe de donde provenía pero había un destello rojo que le daba un toque especial a la iluminación. La mesa estaba sencilla, pero impecable, al centro una botella de Rioja Bordón y en la mesa un plato de Pasta Alla Norma, ese exquisito plato siciliano de pasta con Berenjena el cual había cocinado ella misma.

- Siéntate- dijo Valentina y ese fue el inicio de una amena plática, hablamos de todo, nos reímos mucho y disfrutamos de la comida. Ninguna tocó el tema de que quizás sería la última vez que compartiéramos un momento así, el contrato ofrecido, a última hora tuvo unos cambios y ahora estaría comprometida en el viejo mundo por dos años.

Al sentarnos a la mesa, apareció un violinista y comenzó a tocar Divertimento en Re mayor de Mozart. Ese sonido único y especial del violín me llenó de paz y armonía.

- La estás pasando bien?- me preguntó Valentina mientras llenaba mi copa de Rioja.

- No me esperaba esto, me estás haciendo sentir especial.

Valentina tomó mi mano libre y mirándome fijamente me dijo,

- Es que eres especial, siempre lo serás- se señaló con el índice su corazón y concluyó- Aquí te llevaré siempre, mi dulce Lara.

La velada llegó a su fin y luego regresé a mi casa. Ahora solo me queda comenzar un nuevo capítulo de mi vida, en el cual Valentina ya no toma parte.

Soy como quiero ser (Terminada)Where stories live. Discover now