Valentina trató de mantenerse con la frente en alto y seguir con su vida.
No pudo.
No tenía un motivo para vivir, las esperanzas las había perdido. Se sentía que ya no tenía ningún valor.
Impotente ante todo lo que vivió.
Cuando tienes un problema lo resuelves. Ella no tenía nada ya que resolver.
El fracaso de su relación en la cual ella tenía tantas esperanzas la abrumaba. La superaba.
Pensó llamar a su padre... pero cambió de idea. El nada podría resolver.
Su apartamento estaba a oscuras, al igual que su alma.
No tenía motivos para seguir. Estaba muerta.
Desamor, desencanto, desmotivación eran los sentimientos que moraban en su alma.
Valentina se sintió explotar, nada podía hacer.
Estaba sentada en el sofá cuando vinieron a ella las imágenes que quería borrar: el sí en el altar y el beso que sellaba el matrimonio. No pudo más.
En un estado de enajenación mental total gritó y comenzó a tirar y golpear todo lo que estaba en su apartamento. Quebró todo lo que se encontró a su paso. Los jarrones, adornos, espejos. Todo lo que se encontraba era destruido. Había ira en su alma. Necesitaba descargarla. Las banquetas también volaron por los aires. Con una de ellas se acercó a una mesa de cristal y comenzó a golpearla hasta quebrarla por completo.
Al verla hecha pedazos, se quedó con la banca en el aire, respiró pesadamente, tiró la banca a un lado y se arrodilló , sin pensar tomó un pedazo triangular de cristal. Lo observó cuidadosamente.
En ese momento escuchó la voz de un vecino, que en segundos comenzó a gritar que abriera la puerta, no lo hizo. Dio unos pasos hacia atrás y pegó con la pared, sin fuerzas y agotada se fue deslizando hasta caer sentada sobre el piso.
Una vez más observó el vidrio en su mano, gritó con toda la fuerza. Un grito estremecedor, desgarrador. Y sin pensarlo, rasgó sus muñecas. Primero lentamente y luego lo hizo rápidamente. Vio la sangre fluir, sonrió satisfecha entonces soltó la pieza de cristal. Cerró sus ojos a esperar que su momento de partida llegase. Era el desenlace de su vida. No había más una razón de ser.
Se sintió flotar, ya no cargaba ningún peso. Se sentía libre y ligera. El tiempo dejó de correr. A lo lejos escuchó una voz. Era León, la cargó en sus brazos y salió del apartamento. Ya no supo más.
🥺🥺🥺
Valentina abrió sus ojos, pero todavía se sentía adormilada. No era su apartamento. Recorrió su mirada por el lugar y supo que estaba en una habitación de hospital.
Sus muñecas estaban vendadas. Y recordó todo. Seguro estaba sedada ya que no sentía ningún dolor.
La puerta se abrió, y entró León, se sentó en una silla cerca de ella. Acarició su frente y su cabello,
- No sé que decirte. Se supone que no debo decir nada que agrave la situación. Así que solo te voy a recordar lo mucho que te amo, hija! - León estaba abatido, con la voz temblorosa agregó- Unos minutos más tarde que yo hubiera llegado hoy no estarías aquí.
Valentina no dijo nada, su semblante reflejaba la pena y el dolor. Y comenzó a sollozar. León se sentó en el borde de la cama y la estrechó entre sus brazos, se quedaron así por un rato solo abrazados.
- Cuando te den de alta, te vas con tu nonna a Italia. Recuerda que habemos personas que te amamos!
Valentina sin parar de sollozar asintió con la cabeza.
🥺🥺🥺
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Soy como quiero ser (Terminada)
FanfictionValentina Carvajal vivía su vida a su modo. Una historia original.