Valentina Carvajal miraba arrobada a la modelo Heather Nixon, una modelo canadiense que se había unido a última hora a la sesión de fotografías para el catálogo de una conocida marca de ropa. Tenía apenas dos semanas de haber llegado al país, pero desde que la vio le encantó y a los días estaba prendada de ella.
El cuerpo era una perfección absoluta. Piernas muy largas, pantorrillas de piel tersa, y una cintura delgada. Una cabellera larga , dorada y libre como el viento, ojos azul turquesa y una boca de morir al verla. Le recordaba al sex symbol de los setentas Farrah Fawcett que se había hecho famosa con la serie de TV Charlie's Angels.
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Dos semanas habían pasado y Valentina ya había logrado un acercamiento con la modelo, habían salido juntas y bailado en el antro LOVE de Avenida de las palmas, visto en la Cineteca Nacional de Mexico el clásico de Emilio Fernández "La Perla" y en la que hizo una magistral actuación Pedro Arméndariz, habían cenado juntas en el exclusivo restaurante de Comida Mexicana Pujol y había sido su guía turística en la ciudad. La verdad que le gustaba todo de ella, sus besos la enamoraban, pero necesitaba más. Cada vez que las salidas se tornaban más calientes, Heather encontraba la manera de escapar. Valentina no había podido ir más allá de su abdomen. Si trataba de deslizar sus dedos, rápidamente heather se levantaba o agarraba su mano. Valentina en vez de desistir, era como una estimulación para seguir. Hasta cierto punto ese juego de acepto/rechazo la motivaba más a esperar la entrega plena y total.
Esa noche era la fiesta del cierre. Era costumbre para Valentina hacer una fiesta en su casa cada vez que terminaba un proyecto y esa día no era la excepción. A partir de las 9 de la noche las modelos y el resto del grupo de trabajo comenzaron a llegar.
En una hora la fiesta estaba prendida, las modelos bailaban entusiasmadas y los chicos de la producción las acompañaban. Valentina desde un rincón miraba como la gente se divertía. Puso a un lado la copa del cosmopolitan que estaba bebiendo y se unió al grupo. Fue directo a Heather quien de inmediato, se alejó del grupo para bailar con ella, mientras bailaban hubo coqueteo, besos, caricias robadas. El ambiente tenía a Valentina caliente, recaliente es mejor aclarar.
Sin pensarlo, la tomó de la mano y la llevó a su recámara. Inmediatamente pasó el umbral, buscó su boca y apretó su muy buen estilizado cuerpo contra ella. Heather abrió su boca y dio permiso para que Valentina la explorara con su lengua.
Valentina estaba muy emocionada, la deseaba con todas sus fuerzas, sin dejar de besarla la fue empujando contra la pared, no dejaba de besarla, chupaba sus labios, los mordía, los lamía, quería hacerla sentir.
Una de sus manos se deslizó con lentitud entre sus muslos, Heather se estremeció y dejó escapar un gemido. Tomó la mano de Valentina y la llevó a su pecho antes que alcanzara su intimidad. Valentina apretó sus pechos, la sentía estremecida en sus brazos. Besaba el lóbulo de su oreja y su cuello. Esa zona que estaba estimulando en Heather la enajenó por completo.
Heather se excitó como nunca antes, dejó su actitud pasiva y tomó la batuta. Comenzó a besar a Valentina apasionadamente, besos cargados de lujuria y voluptuosidad. Resbaló su boca por su cuello y comenzó a lamerla de una manera ... lasciva y salvaje. Valentina estaba disfrutando el cambio de Heather. Cuando no lo esperaba, está la tomó de los hombros y la hizo girar quedando Valentina contra la pared. La tomó del cabello y comenzó a dar leves mordidas en su cuello y espalda estaba muy excitaba, pegó su cuerpo al de Valentina, esta sintió sus pechos adheridos a su espalda y....lo que sintió la sorprendió. Sintió un bulto en su trasero, en segundos supo de que se trataba, se separó de ella y pudo ver como el pene de Heather se alzaba erecto sobre la suave seda de su panty.
- Pero qué es esto? - la empujó y sin pensarlo le propinó tremenda cachetada, de inmediato dijo- discúlpame! Estoy en contra de la violencia , pero no crees que es algo que tenías que haberme contado- y señaló indignada el miembro viril.
- Tenia miedo... al rechazo. De verdad me gustas! - balbuceó Heather con su mejilla enrojecida y sin poder mirar a los ojos a Valentina.
- Te voy a decir algo, Heather! La cagaste big time. Como modelo fuiste poco profesional porque estas cosas se dicen. Mentiste al llenar tu ficha!! Y eso no te lo perdono! En cuanto a lo otro, de verdad me gustabas!!!! - luego agregó- Sabes que he estado con hombres, mujeres, hasta un gay y sabes cual es el denominador común con todos ellos? Nunca les mentí!! Los que han estado conmigo han venido sin engaños, jamás he hecho una falsa promesa.
Exhaló y agregó decepcionada,
- Tu y yo pudimos haber tenido algo bonito, y créeme que el que seas transexual no hubiera sido impedimento. Impedimento es la mentira. Te miraba bella físicamente, y bella como persona! Me has decepcionado. No eras quien yo creía!
- Valentina de verdad? Hubieras tenido una relación conmigo aún sabiendo que soy transexual?
- Si!! Pero no la quiero por eso! No la quiero por tu mentira. Te aseguro que si no me hubieras mentido ahorita este momento sería diferente.
Heather se sentó en un diván cercano, y lloró, sus hombros se movían incesantes, Valentina pudo ver en ella sus cuitas y dolor. El enojo se fue, y la comprensión llegó, se arrodilló frente a ella, con sus manos levantó su rostro y le dijo,
- No tengas miedo de ser quien eres! El que te quiera o la que te quiera lo hará por que le nacerá hacerlo. Tus circunstancias son tuyas es cierto, pero debes ir con la verdad adelante siempre.
Le besó la frente y la dejó en su recámara. Heather en ese momento se necesitaba a sí misma. Necesitaba enfrentar sus propios fantasmas.
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Heather Nixon regresó a Canadá, pensó mucho en las palabras de Valentina. Ella era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre que gustaba de las mujeres. Una condición, por decirlo así, difícil de entender para algunos. Pero lo importante aquí es que ella se entendió a sí misma y se aceptó. Y comenzó a vivir su vida plenamente, y aprendió que hay gente que simplemente ama. Brigitte LeBlanc apareció en su vida en un momento inesperado, pero había llegado para quedarse. Valentina tuvo la oportunidad de verlas durante un viaje de negocios a Canadá y quedó muy complacida por ver a una Heather bella como siempre pero con un brillo diferente en su mirada azul turquesa.
