Soy como quiero ser (Terminada)

Consumación

Juliana estaba sentada ante el volante manejando sin rumbo fijo. No le apetecía del todo ir a la casa familiar. Miró el reloj y vio que apenas iban a ser las seis pero ya estaba oscureciendo.

Pensó en Valentina, pero desde días atrás sabía que ese día se iba a quedar en una reunión con su equipo de trabajo por una campaña que pronto se iba a lanzar para promover unos productos cosméticos.

Juliana no estaba del todo bien. Estuvo checando en línea apartamentos para rentar sin embargo no encontró ninguno que llenara sus expectativas. El que estaba muy bien ubicado no tenía un área de parqueo adecuada, o no tenía ascensor, al final mudarse no iba a ser tan rápido como ella pensaba.

Decidió ir a tomarse un café a Estratto y esperar ahí por  Valentina.  Al llegar pidió un espresso y sacó de su bolso su IPad para leer mientras esperaba. No había escogido aún que leer cuando Valentina llegó.

- Hola! - Valentina se inclinó y dio un piquito a Juliana.

- Pensé que ibas a tardar- la miró extrañada Juliana.

- No, decidimos suspender la reunión antes de tiempo. Mañana la retomaremos- explicó Valentina mientras hacía la seña a una de las chicas para que le llevara un café.

Valentina puso su mano sobre la de Juliana, mirándola largamente.

- Juls, son ideas mías o estabas ansiosa cuando hablamos? - preguntó Valentina evidentemente preocupada por ella.

Juliana dio un sorbo a su café y apretando sus labios respondió,

- Val voy a mudarme de mi casa! Lo he estado pensando y anoche se lo dije a mi padre.

- Me parece muy bien! Pero porque la ansiedad? No entiendo.

Juliana entonces explicó la razón de su desasosiego,

- He pasado todo el día buscando apartamento y no he encontrado uno que me satisfaga. No está tan fácil la búsqueda.

- Y que buscas?- preguntó anhelante Valentina.

- Bueno ubicación, buen tamaño, parqueo seguro, a menos de 20 minutos de mi oficina...

Y Juliana siguió describiendo su apartamento soñado mientras Valentina la escuchaba atentamente, de repente Juliana notó el silencio persistente de Valentina.

- Hey, por qué estás tan callada?

Juliana bajó la vista decepcionada, imaginando lo que pasaba por la cabeza de Valentina.

- Soy una loca verdad? No voy a hallar lo que quiero nunca.

La mesera puso el café frente a Valentina y ésta comenzó a moverlo con una cuchara mientras sonreía veladamente, luego añadió,

- Es que mientras más describes lo que quieres, más me convenzo de que hay una solución.

- Tu sabes de alguno? - un brillo de interés y esperanza se reflejó en la mirada de Juliana.

- Claro que sí!! el mio!!! - respondió entusiasmada Valentina.

- Naaaa!! - exclamó incrédula Juliana.

- Si puedes mudarte conmigo y compartimos gastos.

Juliana se quedó pensativa, un Penthouse como el de Valentina era exactamente lo que estaba buscando, pero no quería enredar las cosas.

- Juls! Se lo que piensas! Te lo ofrezco de buena voluntad. Son dos habitaciones. Yo en una, tu en la otra.

- Val... - Juliana no halló que decir. No quería ofender a Valentina con palabras que podrían ser malinterpretadas.