Consejos

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Valentina entendía perfectamente que no era el momento para ir a contar sus cuitas a su padre. Pero también sabía que el simple hecho de verlo, ya era terapéutico para ella. Al entrar en su habitación, lo vio tendido en su amplio lecho ya casi dormido, Al verla León dijo un casi inaudible hola y cerró sus ojos. Al verlo dormitar Valentina se acercó y optó por besar su frente y salir de su recámara.

La conversación con Juliana martillaba en su cerebro y el sabor de sus labios lo tenía grabado en su memoria y en su boca, pero también ese rencor que no le dejaba vivir en paz. Respiró profundamente y percibió el olor del Farfalle a la Vodka que preparaba su madre en la fastuosa y moderna cocina del Hogar de Los Carvajal. Así que sin pensarlo mucho se encaminó hacia el sagrado espacio de su madre: La cocina.

Al llegar su madre personalmente removía con delicadeza la salsa de tomate que desprendía el olor de jamón ahumado, la albahaca y el ajo. Valentina aspiró profundamente con deleite y en ese momento su madre se dio cuenta de su presencia. Llamó a una de las ayudantes de su cocina , le entregó la cuchara y le dio unas orientaciones y fue hacia su hija, le apretó sus hombros en un gesto maternal y cariñoso,

- E tu, figlia mia, Come sta?

Valentina no articuló palabra, apretó sus labios en una mueca, sus ojos se nublaron y Lucía supo que su hija necesitaba su apoyo,

Lucia buscó con su mirada a Chivis, al verla entrar a la cocina le orientó,

- Chivis, te quedas a cargo de todo ok? Voy al despacho con Valentina.

Valentina se dejó llevar por su madre y se dirigieron a ese lugar que le daría la privacidad que Lucía sabía necesitaba Valentina para poder hablar libremente. El brazo de su madre le daba una sensación de seguridad, y en ese momento agradeció el acercamiento que se estaba dando entre ellas. Se sentaron en el diván.

- Dime Valentina. Sé que algo te pasa- preguntó Lucia mientras que con el dorso de su delicada mano depositaba una maternal caricia en la  mejilla de su hija- No dejas la agencia un Miércoles y más ahora que te estás expandiendo. Está todo bien con la adquisición de la nueva agencia?

Valentina asintió con su cabeza y respondió,

- Todo fue de maravillas, de hecho ya se cerró el contrato.

- Y entonces?- preguntó Lucia alzando sus hombros para remarcar su interrogante.

- Yo... no sé cómo comenzar mamá! No sé incluso si es buena idea hablarlo contigo- dijo sinceramente Valentina.

Lucia se acercó y enmarcó con sus manos el angelical rostro de su hija, clavando sus ojos en los de ella le respondió con certeza.

- Valentina, estamos en una nueva etapa en nuestra relación, puedes hablar conmigo. Tú madre está ahora aquí para ayudarte, guiarte y amarte. Perdimos mucho tiempo por mi culpa, por juzgarte antes que tratar de entenderte y de amarte. Fueron tantos años de distanciamiento, por la barrera que yo misma nos impuse....

Lucia se reacomodó en el diván, aclaró su garganta y agregó,

- Bueno! Estamos aquí para hablar de ti, ya tú sabes que cuentas conmigo. Dime hija!- pidió Lucía.

A pesar de torbellino emocional de su vida, Valentina estaba tranquila por estar con su madre hablando, momentos que prácticamente no sucedían en el pasado.

- Mamá! Estoy confundida! No sé cómo actuar. Hablé con ... bueno ... ya tú sabes- balbuceó con desaliento.

Lucia tomó su mano, y le dijo,

- Ya sé a quien te refieres, pero di su nombre. Debes poder hacerlo- sugirió con voz suave Lucía.

Valentina cerró sus ojos, siempre al hablar de la causa de su dolor la llamaba ella. Al decir ella su pena disminuía, pero ahora ella estaba presente, había dejado de ser una memoria. Tragó saliva e hizo caso a su madre.

- Juliana vino a mi casa... hablamos- buscó los ojos de sus madre- estas segura mamá que quieres que siga? Que hablemos de ella?

- Sigue, Valentina! No es por Juliana, es por ti. Necesitas expresarte.

- Es que me dijo algunas cosas sobre su familia, su padre, su matrimonio. Datos que yo no sabía.

- Ya sabes entonces que su padre está en una casa de atención mental, y de su divorcio.

- Tú lo sabías?- preguntó Valentina.

- Mira, en nuestra sociedad podemos pagar para ocultar información pero siempre se murmura. En el caso de lo Valdés, recuerda que éramos amigos. Yo sigo viendo a Lupe, se por todo lo que pasó con él y como fue con su hija. En cierta manera lo que ellas vivieron me abrió los ojos. Yo no quiero ser una Macario en tu vida. Se que te quería forzar a vivir mentiras y guiar tu vida, pero sabes algo? Yo tuve la oportunidad de reconocer mis errores y pedir perdón y de enmendar esos errores. De hecho sigo en ese proceso. Tú sufriste mucho por ella, yo lo sé, aunque nunca te ofrecí mi hombro para que te apoyaras en el, estaba tu papá para ti. Juliana sufrió tanto como tu.

Valentina alzó su mirada y sus ojos azules brillaron rencor.

- Tanto como yo no! Nunca como yo! Yo estuve en un lugar horrible! En una oscuridad de la cual no tienes idea. Tu no supiste de mi infierno. Mi papá se que no te contó todo....- dijo en voz quebrada y alterada al recordar.

- Quieres hablar de eso? Me gustaría saber... - Valentina la interrumpió.

- No, mamá! Hay situaciones vividas que no quiero revivirlas ni en pensamiento. Aunque algunas veces ellas regresan como en este momento.

- Respeto tus decisiones hija! Cuando sientas que quieres o que puedes, aquí estaré! Siento no haber estado contigo en esos momentos- aceptando la decisión de su hija.

- Se que Juliana fue el amor de mi vida, pero no puedo evitar este otro sentimiento que alberga en mi corazón y que no me llena de orgullo.

- Es normal, creo que todos vivimos esa dualidad al amar, odio-Amor. Pero lo importante es hablarlo, sacar lo malo, y quizás así puedas renovar un sentimiento que está manchado por otro nada bueno.

Valentina escuchaba atentamente,

- Para mi sería muy difícil creo que me descontrolaría- explicó Valentina.

- Pues descontrólate! Saca eso que te calcina.

- Yo no soy agresiva, mamá!No podría!

Lucía sonrió,

- Hija, no te estoy diciendo que le des una paliza. Te estoy diciendo que si tienes que despotricar, lo hagas! Que te saques todo! Que sepa por lo que pasaste! Si te nace gritar pues gritas! Si las lágrimas deben correr por tus mejillas, pues que lo hagan. Así limpias tu alma  y lo sacas todo.

- Y después?- preguntó con suave voz Valentina.

Lucia una vez más acarició su mejilla y con una suave sonrisa le contestó.

- Recuerda que después de la tormenta siempre llega la calma!

Valentina suspiró profundamente, se acomodó en el regazo de su madre y ésta acarició su larga cabellera hasta que escuchó su pausado respirar que denotaba que Morfeo había hecho de las suyas.

Soy como quiero ser (Terminada)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin