- Sabes cual es mi gran problema? - preguntó Valentina a Juliana mientras movía de adelante hacia atrás la cucharita en su humeante café.
- No creo que tengas ninguno- respondió Juliana después de darle un sorbo a su café - te conozco y siempre he sabido que en ti sólo hay cualidades.
Valentina movió su cabeza en un gesto de negación,
- Lo tengo! - expresó- Y es no poder mentir! Mentir puede ser un escudo. Decir mentiras pudo protegerme de mucho. Para mi hubiera sido más fácil si te hubiera dicho que Zara aún estaba presente en mi vida, o sencillamente decirte que con el tiempo ya te había olvidado y que de nuestro amor ya no quedaba nada.
- Yo te agradezco mucho tu sinceridad, Val. Y por eso hoy tengo esperanzas.
Valentina la escaneó con su mirada,
- Sabes porque te cité aquí a mi casa?- le preguntó
- Quieres hablar de .... de lo que pasó el día del terremoto?- preguntó Juliana.
- No y Si! No porqué acordamos que no lo íbamos a hacer y sí, porque quiero decirte como me hace sentir eso. Lo que pasó, pasó! Y ya no lo puedo cambiar.
- Entonces? No te entiendo!
- Juliana, Quiero decirte lo enojada que estoy, pero en este caso no contigo! Sino conmigo!!! Enojada porque de verdad pensé que ese día podía ser el último, y ese temor me debilitó. Por un momento olvidé...
Los ojos de Valentina comenzaron a humedecerse, había un patetismo terrible en sus hermosas y bellas pupilas,
- Val- Valentina la interrumpió- déjame hablar. Tengo que decirte como me siento.
Irguió su largo cuello, y dijo con amargura,
- Juliana desde que te conocí me gustaste, te perseguí como loca, hasta que te conquisté.
Empujó suavemente la tasa de café a un lado, y miró con vaguedad, como recordando esos días. En ese momento tenía los ojos profundamente azules como las turquesas puras.
- Fuiste mi mundo! Apreciaba y admiraba tu belleza espiritual, y en esos días estabas sobrada de ella. Te miraba y me parecías un busto de una diosa griega, una bella tallada por los mismos dioses del Olimpo. El trazado de tu boca, tu barbilla, tu dulce mirar y esos ojos que literalmente me encantaban cuando se posaban en mí. Tu pelo negro azabache tan brillante como la seda. Eras para mi la mujer más bonita. Extremadamente bella y sin igual.
Juliana respetaba sus deseos y escuchaba, no interrumpió el soliloquio de Valentina, pero el escuchar el sentimiento que imprimía a cada palabra que salía de su boca rosa le encogía el corazón.
Los ojos de Valentina brillaron de una forma extraña. Se puso de pie y se asomó a la ventana abierta, se giró y quedó ahi de pie, recostada en la pared.
- Juliana, hay tanto que tengo que decirte.
Fue al bar, tomó un whiskey tumbler de cristal y se sirvió un trago cargado. Se dejó caer sobre un sofá, cruzó sus largas piernas y tomó un largo trago de la bebida. Mientras lo hacía miraba detenidamente a Juliana.
- Tu no sabes que me marcaste.
Juliana la escuchaba con atención, Valentina se quitó su reloj, y mostró su muñeca a Juliana.
- Ves esa marca?- y señaló una cicatriz lineal longitudinal en la cara interna de su muñeca izquierda- En un momento de debilidad por tu ausencia, atenté contra mi vida. No quería seguir viviendo, el que tu me hicieras eso, me desequilibró por completo.
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Soy como quiero ser (Terminada)
FanfictionValentina Carvajal vivía su vida a su modo. Una historia original.