Cuatro

1.3K 124 99
                                    

- Me he imprimado -dijo en un tono de voz seguro.

Yannick se detuvo a media mordida de su burrito, sus ojos bicolores lo miraron atónitos como si fuese una mala noticia el hecho de que haya encontrado a su mate -pareja eterna del hombre lobo- primero que él. Levi se pasó la mano por el cabello con ademán nervioso, su corazón latía desenfrenado cada que pensaba en aquella chica alta de cabello azabache.

Era receso, el cielo seguía cubierto de nubes grises ni siquiera un rayo de sol se asomó en toda la mañana, solamente subió un poco la temperatura pero aún así hacía suficiente frío para un humano. Levi tenía calor. Se preguntó si su chica -como si fuera un hecho- tendría frío por su falda corta a menos que sus medias la salvaran del viento. Por un momento sintió una punzada de celos por el hecho de que, quizás, toda la facultad ya la había mirado con ojos de perversión, con deseo, con lujuria.
Tan sólo pensar en ello, lo hacía enojar.

- ¿Hablas en serio?

- Sí, en serio, ¿Porqué me miras como si fuera una pesadilla? -quería saber la opinión de su mejor amigo. Técnicamente un hermano para él.

Su amigo solamente se encogió de hombros.

- Es sólo que apenas acabamos de llegar, quería divertirme contigo ¿Sabes? Como hermanos viajando por el mundo -le dió un suave puñetazo en el hombro mientras sonreía-. Pero me alegro por ti, ¿Quién es la afortunada?

El castaño la buscó con la mirada, volteó hacia atrás para ver si la encontraba y así fue, ella estaba de pie sonriendo frente a dos chicos. Una mujer bajita con caderas muy ancha y un hombre con bastante acné en el rostro que se veía igual de alto como ella, ambos también le sonreían. Gruñó a lo bajo cuando vio a lo lejos, un pequeño grupo de chicos mirando a la azabache, arrugó la nariz molesto.
Quería levantarse para gritar a los cuatro vientos que era suya, nadie tendría derecho de tocarle, mirarle y hablarle; sentía el impulso de reclamarla, pero el lugar donde se encontraba no era Moonshine, era la Facultad de Diseño Gráfico, no era su territorio. No era su hogar.

- Ella -suspiró como típico enamorado sin dejar de despegar sus ojos claros de la azabache.

Cuando notó que ella volteó hacia atrás, Levi volvió a su posición disimulando que no la miraba. No quería que lo tachara de acosador, no aún.

Su amigo soltó un silbido de aprobación, lo miró sonriendo, le guiñó el ojo izquierdo mientras alzaba una ceja.

- Vaya, esta sí parece una mujer lobo. Fuerte, indomable, hermosa y altas como a mí me gustan. Lástima que tú no podrás besarla con esa estatura de cachorro que tienes -dijo Yannick burlón. El azabache rió a grandes carcajadas.

Levi arrugó la nariz de nuevo, no sé había dado cuenta de eso, ni siquiera importancia le tomó. Su chica tenía la misma estatura de  su beta, la manada le haría una burla total de que su alfa escogiera a una hembra más grande que él. O peor aún, su padre le diría que un alfa no sale con mujeres más altas que el hombre, podría verse débil arruinando su imagen y poder como alfa. El líder superior.

- "El Cachorro" se ha enamorado de una jirafa. Si tanto querías una novia alta, pudiste venir conmigo -lo tomó de la mano entrelazando sus dedos con las de él mientras lo miraba con los ojos brillantes, como si coqueteara.

Levi gruñó, quitando su mano con brusquedad.

- Aunque estuviera desesperado, jamás estaría contigo. Yo no soy gay -setenció cruzándose de brazos.

- Ajá, claro. Que hay de las veces en las que me diste besos, cuando nos bañábamos juntos o dormíamos juntos en tu habitación.

- Yo no di besos, tú eras el que me daba besos y teníamos siete años en ese entonces -respondió frunciendo el entrecejo, se estaba comenzando a enojar aunque a la vez, quería reírse. Sonrió señalándolo con un dedo-. Yo creo que el gay aquí eres tú, Yannick.

Y era cierto.
Levi y Yannick al ser hijos de un alfa y un beta, convivían demasiado juntos. Mientras sus padres salían a hacer sus obligaciones, sus madres se reunían a conversar, juntándolos a ellos dos para que jugaran e hicieran amigos. Al principio, el chico era tímido y un poco retraído, lo solían molestar porque no era cien por ciento lobo como todos los demás, lo reprimían. Algunos niños eran crueles diciéndole que era un débil y que jamás podría transformarse; ni siquiera por ser hijo de un beta lo respetaban. Cosa que a Levi no le gustó, no le gustaba que lo excluyeran, no le gustaba que lo ignoraran casi al punto de tratarlo como leproso.

Levi en una noche de luna llena acostados en su habitación dentro de una tienda de sábanas, le dijo que serían amigos siempre y para siempre, quizás sonaba un poco cursi pero así fue. Esa noche Levi tomó a escondidas el cuchillo de cocina favorito de su madre, se hicieron una cortada ambos en la palma de su mano uniendo así su sangre. Yannick le juró que nunca lo dejaría y él juró que siempre estarían juntos. De nuevo, fueron cursis.
Conforme pasaron los años su amistad se fortaleció, con ello también la autoestima y la confianza del azabache, callando las burlas para tomarlas como un chiste. Creando así, al Yannick que conocía actualmente, lo quería, quizás lo amaba aunque fuera un pesado con chistes malísimos.
Él fue su primer mejor amigo, un hermano por el que nunca cambiaría.

- Claro que soy gay, eres una belleza de hombre, como no podría enamorame del alfa -le mandó varios besos al aire y murmuraba cosas como "amorcito", "cariñito", "corazón", entre otros diminutivos de amor que se daban las parejas.

El castaño se rió junto con su amigo, el receso terminó. Se levantaron para tirar la basura e ir a su siguiente clase, miró una vez más hacia la chica de cabello azabache. Su falda volaba un poco por el viento, se veía ruborizada pues sus manos las tenía a los lados de su cadera para que no se alzara la falda. Quería ir con ella para ofrecerle su abrigo para que se lo atara y cubriera parte de sus piernas, más no lo hizo, siguió su camino.

Justamente cuando iba a entrar su aula, levantó la mirada por mera casualidad, encontrándose con sus ojos grises se conectaron de nuevo, sintió de nuevo aquel flechazo como si fuera la primera vez que se enamoraba de ella. Su corazón latió con rapidez, podía sentir su cuerpo calentarse preparado para transformarse en ese instante más no lo hizo.

De verdad estaba enamorado, enamorado de la chica alta de ojos grises como la luna.

«Ella es el brillo de la luna», volvió a pensar.

Holaaa! ✨

Ay, Dios esto es tan cursi y romántico, lastima que mi niño es un closetero como el Yannick, bueno, quien sabe 7u7
Sjjsjs

Estos mens jotean mucho, tranquilas no son nada, nomás son hermanos uwu

Espero les haya gustado este capítulo, quizás muy corto pero ah
Me encanta cómo va el asunto

¡Gracias por leer! 💕

¡Gracias por leer! 💕

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Moonshine Where stories live. Discover now