Diez

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Levi

Era Domingo uno bastante aburrido, lento y silencioso.
Levi estaba recostado en su cama matrimonial, lanzando una pequeña pelota de plástico a la pared una y otra vez, para así matar el tiempo de la tarde. Las tareas ya estaban terminadas, la habitación estaba reluciente -luego de un arduo trabajo de limpieza- así que no tenía otra cosa de que preocuparse o hacer.
Su mente lo mantenía distraído en Ethan.
Solo Ethan.

Quería verlo, quería oler su perfume de lavanda y quería oír su voz grave otra vez -tan sólo recordarlo una pequeña erección se formaba en su entrepierna-; desde aquel día no volvió a escuchar su verdadera voz, al estar en la escuela usaba su falsa voz de chica -el cual también le gustaba- y lógicamente no podía usar su voz de hombre por que sería raro que una hermosa chica hablara de pronto así. 
Y no quería causarle problemas pidiéndole tal cosa en un lugar público.

Vio a Yannick salir del baño con una toalla en las caderas y otra toalla pequeña en su cabello. Abrió el armario que ambos compartían, miraba su lado del mueble para escoger la ropa que iba a usar.

- ¿Me podrías prestar el auto? Necesito ver a Elise -dejó de lanzar la pelota para levantarse de la cama.

Aún no le contaba a su amigo que Elise realmente era un chico, sabía que estaba mal guardarse secretos pero Ethan le había confiado su secreto, le entregó su confianza y no lo quería traicionar aunque eso significara traicionar a su beta ; lo único que pudo decirle fue lo que pasó aquel día en los baños quitando la escena de su pecho plano y el bulto en su entrepierna.

Hasta que su chico le dijera que podía decirle, él le contaría todo, quizás se iba a molestar por no haberle contado antes pero lo entendería al final.

- Lo siento, yo tengo una cita hoy, así que me llevaré al Perla Negra -respondió mientras se ponía una playera gris.

- ¿Cita? ¿Con quién? -alzó una ceja confundido.

A Levi no le agradaba que su mejor amigo estuviese de galán con todo el mundo, solía ser muy "cariñoso" con las chicas de la manada e incluso, había veces en que algún chico quería probar por mera curiosidad los labios de su compañero.
Desde niños se les inculcaba lo que era un alma gemela, se les hablaba del amor y que la Diosa Luna siempre tenía para todos sus hijos un amor de su vida; recordaba cuando su madre le contaba como se enamoró de su padre, ella antes pertenecía a otra manada y cuando ella lo encontró en el mundo humano se fue con él sin dudarlo.

"Aún recuerdo su olor" le dijo mientras lo bañaba "Tu padre olía a tierra húmeda y a fresas, un olor bastante encantador para mí."

- Con una chica de la clase dieciséis, es hermosa, ruda, poderosa... -sonrió mordiéndose el labio inferior- No me esperes para cenar -le revolvió el cabello antes de tomar las llaves y salir de la habitación.

Levi bufó volviendo a acomodar su cabello, tomó su toalla para tomar una ducha mientras que en el camino se desvestía.

*

Era la primera vez que iba a la casa de Ethan sin que él le pidiera que lo llevara, por lo que estaba nervioso, esperaba que no se molestara de haber llegado sin avisar. Caminó hacia la entrada, dudó en tocar el timbre, por un momento pensó en regresar tal vez era mejor ir a casa que estar ahí.
Tal vez.
Por que realmente deseaba verlo.

Tocó el timbre.
Dio una rápida revisada a sus axilas o cuerpo de cualquier olor desagradable; olía bien. Acomodó su cabello aún húmedo por la ducha, se acomodó la chaqueta y se agachó al ver las agujetas deshechas de una de sus botas.

- ¿Levi? ¿Qué... Qué haces aquí?

Al levantarse no solo estaba cautivado por la voz grave que ansiaba escuchar sino que a la vez estaba sorprendido a lo que veía, ¿Era real? ¿De verdad, verdad?

Moonshine Where stories live. Discover now