Dieciséis

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Levi

Esta era la cuarta noche, Yannick lo evitaba a toda costa, luego de que salieran de vacaciones salía por las mañanas y no regresaba hasta el anochecer dónde Levi lo esperaba pacientemente -a pesar de que ya no le dirigía la palabra- sabiendo por su olor a pinos, tierra húmeda, entre otras cosas que iba al bosque. Ni siquiera lo reprendió por transformarse en el mundo humano porque sabía que no lo iba a escuchar, una vez que él regresara a casa Levi se iba satisfecho de verlo sano y a salvo, se preocupaba por él a pesar de todo.

Al llegar a la casa de Ethan miró por la ventana, la luz estaba encendida y haciendo uso de su olfato pudo detectar que su chico estaba ahí con una persona extra que se trataba de su madre, inhaló más hondo quedándose debajo del árbol a esperar a que la mujer se fuera; sabía que podía pedir permiso pero no quería dar explicaciones a la mujer sobre porqué su mejor amigo lo corrió de la casa.
Comenzó a escalar el árbol para entrar de manera silenciosa por la ventana -la cual estaba abierta-, vio a Ethan de espaldas sentado en un banco de madera casi completamente encorvado, se acercó a él para ver qué hacía.

Sonrió con malicia. Se veía tan concentrado, tan ajeno a su alrededor que quiso molestarlo un poco; caminó detrás suyo que cada paso que cada no se oía, ni siquiera respiraba para luego decir cerca de su oreja:

- ¿Qué estás haciendo? -dijo con voz tranquila.

Ethan soltó un pequeño grito cayendo del banco de madera, el golpe había sido fuerte quedando en el suelo su bloc y algunos lápices, borradores y sacapuntas; Levi se sintió culpable al instante, tal vez había sido muy cruel.

- Lo siento, fui muy grosero -sonrió avergonzado tomando su mano para levantarlo-. Lo siento mucho.

- ¿Ethan? ¿Estás bien, amor?

Volteó a la puerta al detectar el olor de la mujer, el rubio se levantó del suelo enseguida casi diciéndole en susurro que se escondiera a lo que él se fue debajo de la cama mientras veía como Ethan caminaba a la entrada.

- ¿Qué sucedió Ethan? -preguntó la mujer con obvia preocupación.

- No pasó nada. Me caí, perdí el equilibrio al levantarme -explicó él de manera convincente.

- Oh, entiendo. Tal vez te falta energía, ven, vamos a cenar ¿Sí?

Su chico asintió saliendo de la habitación dejando la puerta cerrada, cuando escuchó que ya estaban abajo Levi salió y tomó asiento en el colchón de la cama. Por poco los descubrían todo por su actitud infantil, no pudo evitarlo se veía tan lindo frunciendo el entrecejo...

Se levantó para recoger las cosas que había tirado.
Mientras levantaba los materiales miró del bloc, era enorme y tenía pocas hojas usadas no quiso tomarle importancia pero la curiosidad lo mataba. Nunca antes había visto un dibujo de Ethan, él decía que los detestaba porque no le salían y prefería la pintura más que nada, así que vio los dibujos de los cuales solo eran garabatos.

Cuerpos desnudos, flores, intento de paisaje y así pasó las pocas hojas hasta llegar a uno en especial. Era un retrato, un rostro masculino sin terminar que al observarla se dió cuenta que era suya, era él.
Era un dibujo de él, el único dibujo decente de todo lo que vió en el bloc, notó los detalles que Ethan le había puesto en su cabello; ojos; su lunar; todo se veía igual. Sonrió contento y no sabía exactamente por qué. Tal vez porque Levi quería creer que era especial para Ethan, aquel retrato era el primer y único trabajo hermoso que tenía a lápiz, el único. Así que, eso lo podría traducir a que era especial -o quizás solamente le salió bien por casualidad- no sabía exactamente, pero aún así una ráfaga de felicidad hizo latir su corazón a modo de esperanza.

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