Dieciocho

663 84 20
                                    

Yannick

Cuando despertó vio a Levi sentado frente a él, le dolía el rostro, le dolía el cuerpo pero lo que más le dolía era el corazón. Salió del baño corriendo queriendo alejarse de todo, ¿Cómo es que había pasado? ¿Porqué lo había hecho?
Varias preguntas salían como agua sucia de una fuente tan vieja que estaba a punto de quebrarse ante la presión, preguntas que no tenían respuesta alguna por qué ni él quería saberlo.

Al llegar al bosque, lo suficientemente lejos soltó un quejido, un grito alto desde el fondo de su garganta llena de enojo, pena y dolor, tal vez su reacción era muy exagerada pero le dolía demasiado; fueron amigos desde hacía tanto tiempo, su hermano, le había ocultado todo este tiempo aquel secreto. Yannick no comprendía el por qué, su mente estaba muy cegada ante sus emociones que sintió su cuerpo cambiar, quitándose la ropa casi a punto de romperla ante el calor que estaba sintiendo. Oía los huesos acomodarse, los sonidos guturales de su garganta con el pelaje castaño saliendo de su piel hasta convertirse en una bestia gigante.

Era un lobo.
Se sentía tan liberador estar en esa forma.

Podía oír la voz de Levi regañándolo por cometer un delito, tenían prohibido cambiar en el mundo de los humanos pero solo esa vez decidió ignorar cualquier rastro de su jefe.
Ya no importaba nada.

*

Respiró profundo al llegar a casa entrando como si nada saludando de manera breve a la rentera e ir a la habitación que desde antes de llegar alcanzó a oler a Levi, sabía que estaba ahí esperándolo, arrugó la nariz sintiendo de nuevo el enojo acumularse en su pecho preparado para pelear de nuevo contra él. Al final, no hizo nada, mantuvo el control ignorando su presencia hasta llegar al baño de la habitación.
Pero cuando lo escuchó levantarse de la cama sabiendo que se iba a disculpar, Yannick levantó su mano para alejarlo de él.

- Quiero estar solo, no quiero escuchar nada ahora. Así que lárgate de aquí -dijo con dureza.

- Amigo...

- Largo, Levi -levantó el tono de voz mirándolo molesto-. No quiero verte, no quiero escucharte así que largo.

Se mantuvo firme hasta que lo escuchó salir de la habitación, aguantó por unos segundos cuando sintió unas inmensas ganas de llorar, sus ojos bicolores se cristalizaron desbordando lágrimas sin poder controlarlo. Cayendo al suelo de rodillas abrazándose así mismo, dolía demasiado, ya que nunca antes le había dicho tales palabras a Levi.
Sollozaba a la vez que sentía que se le iba el aire, llevaba demasiado tiempo sin llorar aquella forma.

Evitaba demasiado estar cerca de él, tan pronto como hizo su examen fue lo más pronto que pudo salir del aula, pero justamente cuando salió alguien lo tomó del hombro obligándolo a detenerse en seco; cuando volteó se dió cuenta que era Levi quien lo miraba bastante arrepentido.
Quitó su mano brusquedad, no soportaba que ni lo tocara.

- Perdón -murmuró su amigo mirándolo casi en súplica-. Perdón por lastimarte y perdón por no decírtelo. De verdad yo...

- Basta, no quiero escucharte. Ni tampoco quiero hablarlo ¿Sí? -interrumpió frunciendo el rostro, quería gritarle, más no lo hizo.

Esperó a que él se fuera primero, no estaba muy de humor de estar con lo humanos. Le dolía la nariz en tan solo soportar todos los olores al mismo tiempo, normalmente estaba acostumbrado pero en ese momento sentía que era un horror; bajó las escaleras con rapidez teniendo la mirada fija en los enormes árboles del otro lado de la carretera cuanto sintió aquel perfume de Elise -o más bien, Ethan- conectando la mirada por un segundo que fue rota al mismo tiempo cuando Ethan volteó a otra parte, fingiendo no haberlo visto.

Moonshine Where stories live. Discover now