Treinta

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Yannick

Sus manos recorrían su torso desnudo, acariciando su cintura sin dejar de besar sus labios ya hinchados ante el contacto constante que tenían los dos, su cabello hasta estaba revuelto al sentir los dedos de Demian en su cabeza. Le gustaba la sensación de que tirara un poco de su cabello.
Ambos estaban en recostados en una improvisada "cama" de ropa y abrigos en el suelo, tenía a su compañero de trabajo encima suyo sintiendo como sus entrepiernas se presionaban entre sí, con tan pocos roces sentía su miembro más duro y oír a un Demian gimiendo en su boca cuando lo tocaba ligeramente encima de la ropa le hacía gruñir de excitación.
Especialmente cuando decía su nombre.

Esto era mucho mejor que estar con aquellas chicas, incluso llegó a arrepentirse de haber salido con ellas anteriormente. Quien diría que aquel sujeto tímido y callado sería una bestia hambriento de calor humano, solo que él no era uno, sino un lobo reprimiendo sus ganas de poseer aquel cuerpo virgen.

Mordió su cuello haciendo que Demian soltase un gemido, sus colmillos se asomaban ligeramente, por la Diosa Luna..., Deseaba hacerlo ya.

- Haré que toques las estrellas -susurró al tomarlo de su mentón, conectando su mirada bicolor con el castaño.

En un par de movimientos acomodó a Demian debajo de él, desabrochando el pantalón para encontrar un bulto en su ropa interior; sonrió, contento ante la gran cena que se iba a dar esa noche, bajó de sus pantalones para así tener una mejor vista de aquel miembro erecto que necesitaba urgentemente de atención. Se lamió los labios antes de acercarse y meterse sin dudar dentro de su boca el pene de Demian provocando al instante un gemido por su parte.

- Ahhh Yannick...

Movía su lengua cual paleta se tratara, pasando por todo el tronco hasta el glande dónde cada vez que pasaba por esa zona sus gemidos se volvían mucho más intensos, dejó de lamer para usar su mano y masturbarlo usando su saliva como lubricador.
El castaño le rodeó el cuello con sus brazos para atraerlo a sus labios y así besarlo de nuevo, cuando Yannick sintió las caricias de Demian llegar a su entrepierna desabrochando su pantalón sacando su miembro e igual tocarlo de la misma manera que él lo hacía.

Hasta que cuando ambos sintieron llegar a las nubes, sintiendo el corazón acelerar y la vista nublar ambos se vinieron quedando completamente agotados y jadeando; bueno, Yannick aún quería seguir, eso parecía más calentamiento que acción aunque se sentía un poco satisfecho a la vez, Demian  cuyas mejillas rosadas y mirada aún perdida lo hacía ver muy lindo, demasiado tierno que lo hacía querer comérselo y no solo a besos.

- Eres tan dulce -susurró sonriendo al tomarlo de las caderas de manera posesiva.

- Estuviste espectacular Yannick.

- ¿En serio? Y eso que no te la he metido -alzó una ceja mirándolo como invitación.

Demian se ruborizó completamente ocultando su rostro con las manos avergonzado ante su comentario, como si hacía unos momentos hubiese olvidado que lo desnudó y lo masturbó hasta hacerlo venir.
Qué encanto.

                             ***

Desde aquella noche, algo había cambiado, su relación de "amigos" ya no podría considerarse de esa forma. Lo había tocado como nunca nadie lo hizo por lo que estar en aquella categoría era imposible aunque tampoco podía subir al nivel de novio, daba igual, le gustaba donde estaba porque a veces volvían a ser aquellos amigos a pesar de que Yannick siempre lo miraba con ojos diferentes nunca notó lo que realmente buscaba, su lobo se sentía pleno estando con él que daba igual su posición. Prefería seguir debes en cuando sus instintos antes que la razón.

Moonshine Where stories live. Discover now