Moonshine

Cuarenta

Levi

Su corazón latía cada vez más rápido, se acercaban a su destino cuando se volvieron a detener para comer algo o descansar otro poco, aunque en realidad era una excusa de su parte para llegar más tarde de lo que deberían. Seguía muy ansioso que volvió a vomitar solo que no era comida porque ni siquiera tenía hambre, sino jugo gástrico que sabía mucho más amargo que el anterior y quemaba desde su esófago hasta la tráquea por el ácido. De nuevo, sintió las manos de su novio acariciar su espalda, apoyándolo en silencio, apostaba a qué ya sospechaba el porqué de su nerviosismo. Yannick estaba de mucho más mal humor diciéndole que tal vez volver no era tan necesario, que podían regresar después,  buscando convencerlo de alguna manera pero Levi se negó por completo, no iba a actuar como un cobarde cuando estaban a pocos kilómetros de llegar.
Su padre estaría decepcionado si lo viera de esa manera, en cierta parte, quería que al llegar él estuviera recorriendo el territorio haciendo su vigilancia a sus alrededores para así no verlo al menos hasta el día siguiente.

Suspiró cansado, le dió un largo trago a una bebida hidratante que Ethan le había comprado -un líquido azul brillante con un ligero sabor a moras- con la intención de ayudarle a recuperar los electrolitos que había perdido. Se sentía del asco.

- ¿Ya te sientes mejor? -murmuró su novio tomándolo del mentón para que lo mirara. Sus ojos grises parecían preocupados- ¿Hay algo que debería saber? Sabes, no me haces tonto. Cuando mis... Eh... Veía a mis abusadores me ponía igual que tú, vomitaba, me desmayaba o incluso lloraba del miedo.

» Me sentía así cada que iba a la escuela, así que... Creo que hay algo que debería saber.

Se mordió el labio inferior, aún inseguro. Volvió a dar otro trago para tener más tiempo de pensar o evitar el tema.

- Bien, no quieres hablar. Lo entiendo.

Por su tono de voz, parecía molesto o eso pensó el lobo, sintiéndose más mal hasta que Yannick le dijo que ya era hora de irse. Cómo no se sentía lo suficientemente estable para conducir, se sentó en la parte de atrás le dolía la cabeza por tanto pensar cuando el rubio lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos, volviendo a transmitirle esa tranquilidad de nuevo. Cómo diciendo "todo estará bien" a pesar de ser muy difícil de creer.

Ethan

Le preocupaba que sucediera con Levi, qué pensamientos tenía, porqué lo inseguro de su comportamiento, parecía que los roles se habían volteado; ahora era él quien necesitaba ayuda o protección, no lo forzó a decir nada porque lo entendía así como él lo hizo la primera vez. Tenía que ser paciente y esperar a que las cosas salieran de manera natural, según Yannick faltaba poco para llegar, podía ver qué la manada se ubicaba en una zona con bastantes árboles tal vez como una manera de mantenerse ocultos, se mantuvo a lado de su novio hasta que llegaron, parecía un pueblo cualquiera -lógicamente- la gente caminaba, bebía, hablaban, reían aunque a la vez cada uno trabajando; Levi le había dicho que todos tenían un rol, todos tenían que cooperar de alguna manera fuera grande o pequeña, todos los estudiantes después de clases salían a trabajar con quién fuera. Y los que querían ser guerreros entrenaban para ser los siguientes protectores de la manada, Ethan lo entendía como si fueran a ser policías o militares. ¿Levi trabajaría o entrenaba? No lo sabía.

Se encontraban frente a una enorme casa blanca, que se veía algo vieja pero con una buena capa de pintura mejoraría, un inmenso bosque los rodeaba y al ser de noche todo se veía denso y oscuro; se despidió de Yannick quién le dió un abrazo dándole un ligero apretón en los brazos para desearle buena suerte. Poniéndolo un poco más nervioso que calmado, subieron las escaleras cargando con sus maletas hasta la entrada, ¿acaso sería muy tarde para regresar a Fayetteville?
Suspiró, vió como Levi parecía dudoso en entrar, se suponía que era su casa por lo que no hacía nada malo, sin embargo, alguien abrió la puerta primero.