Ethan Braun gusta de las faldas, las blusas y el maquillaje. Puede que sea algo poco normal para un chico como él pero no le importa, por lo que al mudarse a un viejo pueblo de América decide vestir como chica en la Facultad; llamándose así mismo co...
No había nada mejor que estar con él, siempre él, sólo él. Él, él y él. Su mente giraba sólo en él. Quizás estaba obsesionado pero no podía evitarlo, no podía controlarse, lo amaba demasiado que no imaginaba su vida si nunca lo hubiese conocido. Tal vez jamás habría podido conocerlo si hubiera hecho caso a Yannick en irse más lejos, viajar a lo largo del país, quien diría que escoger aquel aburrido pueblo lo ayudaría a encontrar a su Luna.
Agradecía a la Diosa por bendecirlo de esa manera.
- Hey, cachorro, hay muchos pedidos por hacer como para que estés fantaseando con Ethan.
Recibió un ligero golpe en la cabeza por parte de su amigo, quien lo miraba frunciendo el rostro mientras preparaba cuatro cafés al mismo tiempo. Haciendo movimientos rápidos para entregarlos todos a la vez y ninguno se enfriara, Levi gruñó a lo bajo recibiendo otro gruñido como respuesta, últimamente sentía que algo pasaba con Yannick y Demian; se sentía una vibra muy rara, encontrando miradas ardientes entre los dos.
Vio a lo lejos como Demian se mordía el labio inferior mientras observaba a su amigo, comenzó a escribir en su libreta cuando este notó que lo miraba.
Sospechoso.
Una vez que la ola de clientes disminuyera a solo quedar tres personas en el local, Levi suspiró aliviado, tomando un trapo húmedo para pasar entre las mesas y limpiarlas.
- ¿Ya tienes pensado un regalo para Ethan? -se acercó el azabache con una escoba comenzando a barrer entre las mesas.
- ¿Regalo? ¿Para qué? Su cumpleaños es el doce de junio -se encogió de hombros sin darle mucha importancia.
- No pensé que lo olvidarías... -suspiró con pesadez el azabache- mañana es San Valentín, tonto. Pensé que como el tipo cursi y romántico que eres le tenías preparado algo.
- ¿Qué? No es verdad, no es cierto -aún sin poder creerlo, caminó hacia la oficina mirando del calendario colgado en la pared. Maldición, era verdad.
- ¿Cómo pudiste olvidarlo? Malo Levi, malo malo -se burló el azabache dándole unas palmadas en la cabeza soltando unas carcajadas.
Se llevó una mano a la cabeza, pasando con frustración su cabello al olvidar una fecha tan importante como San Valentín; en su manada era festejada aunque no tanto como en el mundo de lo humanos, cuando era la época de "apareo" según sus muy viejas tradiciones, los machos solían dejar el objeto más preciado de su familia a su futura pareja mientras que las hembras entregaban otro objeto hecho por ellas. Claramente, era una tradición que sólo los mayores podían practicar, ya que en la mayoría de edad era cuando los lobos comenzaban a escoger a su pareja; recordaba que de niño recibía cartas, collares y piedras deformes -que según las niñas era un corazón- imitando la tradición como los grandes y que siempre rechazaba al darse cuenta que ellas gustaban de él.
Para Levi, aquellas niñas eran simples compañeras o amigas, ni siquiera cuando llegó a la mayoría de edad se enamoró de alguna de ellas ni sintió ninguna conexión como con Ethan.
El cual llevaba bastante tiempo sin verlo, desde que entraron a la escuela las clases se sentían algo pesadas al igual que no quiso dejar su trabajo por Yannick, eso solo aumentaba más la carga y que su tiempo para ver a Ethan se viera reducido. Su chico lo entendía, ni siquiera de enfadó con él cuando le dijo que no lo podría visitar por las noches o llevarlo a salir como antes, diciendo que con verlo en la facultad era suficiente aunque a la vez prefería dejar que su chico se quedara con Demian y Jane dándole su debido espacio para no agobiarlo con su amor y afecto. Por ello su mente no dejaba de pensar en él, lo extrañaba demasiado que su lobo parecía morir lentamente al no poder ver a su amado ojos de luna.
Era una agonía.
*
- ¡Argh! ¡No se me ocurre nada! -gritó dando un fuerte golpe al escritorio, haciendo sacudir todas las cosas que tenían sobre el.
Yannick que salió del baño haciéndose una trenza en su cabello negro ignorando el berrinche del castaño, estando solamente en sus pantalones caminó hacia el armario que compartían mirando de la ropa colgada. Viendo que escoger para su salida a quien sabe dónde.
- ¿Aún no sabes que regalarle? -preguntó tomando una playera azul de su lado- Podrías darle maquillaje, una falda o unos pendientes... ¿Es tu novio y no sabes qué darle?
- Apenas es el inicio, aún hay cosas que no sé.
Encendió de la laptop que la madre de su amigo le compró para las actividades de la escuela, hizo clic en el buscador, tecleando lentamente con un dedo cada letra buscando en internet alguna idea sobre regalos de San Valentín; a veces amaba internet, porque siempre podría encontrar de todo e investigar sobre los gustos de su novio para así no sentirse como un inadaptado. Si los ancianos no hubieran prohibido la tecnología avanzada -con excepción de la televisión y el cable-, no se sentiría como un raro tipo anticuado que no conocía nada del mundo virtual.
- Rayos, esta cosa no funciona -se quejó dando varios clics a la pantalla cuando esta se puso en blanco, mostrando un dinosaurio que decía "Sin conexión".
- ¡Oye ten cuidado! -el azabache lo tomó de la mano dándole un ligero apretón- Lo puedes arruinar. Ten paciencia, a veces la señal falla.
- Lo siento. No sé cómo es que pudiste entender esto, es algo difícil -Levi se cruzó de brazos, molesto.
Yannick se llevó las manos a las caderas mostrando una sonrisa algo diferente, como si hubiera recordado una travesura.
- Bueno, Demian es un muy buen maestro. Él me ha explicado perfectamente las funciones de la laptop -contestó mirando hacia la nada sin dejar de sonreír.
Levi frunció la nariz achicando los ojos al notar el tono de voz con el habló su amigo, se oía diferente, de forma coqueta o melosa y por como se refirió a él era muy extraño. Hasta que abrió los ojos de repente, se dió cuenta de algo y era:
