Prisionera por una cruel distancia entre nosotras

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Durante todas esas dos semanas, vivieron en paz.

A Tsubasa le alegraba tener compañía y la falta de emociones de la pequeña Rina no parecían afectarle en lo más mínimo. Es más, la castaña se ofrecía a cuidarla mientras Ritsu regresaba a escondidas a su anterior hogar a buscar las cosas de Rina y, de paso, las suyas.

Siempre se traía un poco de ropa, útiles de la escuela y los documentos de ambas. Ritsu estaba dispuesta a irse con Rina lejos de la locura de sus Madres.

- No es necesario que tú y Rina-chan se vayan de aquí, Ritsu-chan... Pueden quedarse conmigo- (Tsubasa sostenía a una dormida Rina entre sus brazos).

- Tendría que salir de este pueblo para estar más segura... No sé de lo que mi Madre sea capaz de hacer... Estaríamos más seguras lejos de aquí!-

- Si tú quieres, podrían acompañarme de regreso a Akiba...-

- Pero tú no quieres regresar, Tsubasa-chan... Si lo haces tú madr-

- Lo importante es que uds esten bien... Yo puedo soportarlo...- (poniéndose un poco roja)-... Por tí y Rina-chan...-

- Gra-Gracias, Tsubasa-chan!...-

Tsubasa se acercó para recostarse en el pecho de la pelirrosa mayor mientras sostenía a la pequeña pelirrosa. Ritsu se sentía algo incómoda pero feliz al mismo tiempo.

- Parecemos una familia... Si te fijas, Ritsu-chan...- (Ritsu no entendió a qué se refería)-... Yo soy la mamá que se queda en casa, tu la que sale a trabajar y Rina-chan es la bebé...*risa tierna*-

- No entiendo a qué te refieres...-

- Eres tan estúpida a veces...- (Tsubasa sonreía muy feliz).

- A qué vino eso?!- (Tsubasa se quedaría callada)- Oye! Qué quisiste decir con eso?!-

Tsubasa sólo se reía al ver el berrinche de su querida amiga de la infancia.

Estarían tranquilas por un tiempo. Ritsu y Tsubasa estaban acostumbradas a vivir solas después de todo, tenían todas las habilidades necesarias para sobrevivir.

Desde realizar la limpieza del departamento y cocinarse tres veces al día, hasta guiarse a través de la ciudad conociendo los lugares a los cuales ir a conseguir comida y otras cosas.

También a donde no ir y los horarios del día, sabiendo que por encima de las 20 hs (las 8 de la noche) Uchuira se transforma en tierra de nadie.

Durante todo ese tiempo, sólo se dedicaron a una sola cosa: Tratar de hacer reír a Rina.

Desde cosas simples como  llevarla al parque a jugar o ir a los salones de eventos a ver diferentes espectáculos infantiles (obras de teatro o de Sentais), hacían todo lo posible por intentar generar alguna reacción en la pequeña Rina.

Tsubasa sólo veía la cara estática de la menor.

- Nada de nuevo... Acaso no habrá algo que le guste lo suficiente como para provocar algo?!-

Pero del lado de Ritsu:

- Al menos te divertiste mucho... Eso es bueno, Rina-chan...- (Ritsu se veía satisfecha).

- Mnh...- (asentía la pequeña).

Tsubasa se quedó viendola a su amiga entre sorprendida y de manera sospechosa.

Se acercó a Ritsu y le preguntó al oído:

- Yo no ví nada!-

- Qué no viste qué?!- (Ritsu no entendía a que se refería).

Rosas y Espadas II: Sentimientos y Emociones VerdaderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora