Prisionera por una cruel distancia entre nosotras II

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Nico salió de compras, decidió salir a buscar cosas para preparar una cena improvisada y artículos para limpiar el desastre causado por Maki.

Pero lo que más le molestaba era ver a Shizuku mantenerse alejada también.

- Shizuku-chan... Sabés que te amo, no?- (pensó la pequeña pelinegra).

El dolor de Nico no sólo se encontraba en su corazón sino también en su cuerpo. Aún podía sentir la presión y la calidez del cuerpo de su pelirroja hermana mayor.

En la tienda de conveniencia justo en la fila para pagar, sin querer, dejaría caer su cartera. Al tratar de levantarla, sentiría una punzada en su vientre. El dolor de haber sido exigida a tener sexo junto con la ligera parálisis que aún estaba presente en su cuerpo, no le permitían agacharse para recoger su cartera, a pesar de estar a unos cuántos centímetros de su mano.

Nico vería a una chica peliazul recogerla por ella.

- Ten...-

- Gracias...- (bajó la cabeza en señal de agradecimiento).

- No, no es nada...-

Le sonreía a la chica peliazul que estaba usando lo parecía un pijama afelpado con la forma de un conejo, pero tenía unas pantuflas y un peluche de tiburón.

La chica peliazul le cedió su paso en la fila a la pelinegra, a pesar de que Nico estaba llevando más cosas que aquella amable chica.

Ella aceptó sin decir nada.

Nico terminó de pagar sus compras, recogió las bolsas y salió rápidamente a su hogar.

Ya eran más de las 22 hs, lo cual hacía a Uchiura un lugar peligroso.

A esa hora de la noche, las Espadas salen de cacería.

Aunque principalmente buscan a Rosas fáciles de cazar o ponen a prueba sus habilidades tratando de atrapar a una Rosa Poderosa, algunas veces suelen atrapar a Espadas que son débiles o que están heridas, sólo por diversión.

Shizuku todavía no entiende la dimensión de este problema, sin importar las veces que Nico le expliqué la situación.

Nico no es débil y, para su fortuna, la zona principal de cacería esta muy lejos del departamento de Shizuku. Parecía que alguien lo había planeado.

Ese "alguien", eran Karin y Setsuna.

Nico no sentía a ninguna Espada con malas intenciones cerca pero aún así decidió apresurarse.

Tenía mucho Yū absorbido de Maki en su interior, si una Espada que estaba de cacería tuviese la suficiente capacidad para sentir esa energía dentro de la pelinegra, de seguro iría por ella.

Nico decidió caminar lo más rápido posible pero sus piernas no respondían bien.

Dió un mal paso y se tropezó. Para colmo sus bolsas se rompieron.

- Maldita sea! Lo que me faltaba!-

Nico trató de recoger sus cosas lo mejor que podía, pero también las fuerzas en sus brazos iban y venían.

En eso sintió la presencia de alguien detrás de ella y eso la aterró por un momento.

Una Espada de ojos plateados se puso detrás de ella. Nico sintió como se acercaba:

- Estas bien?- (preguntó la peliazul de hace un momento).

- Tú, de nuevo...- (Nico respiró tranquila).

- Ku-ku-ku-ku! Yo debería de decir eso!-

Nico vió como le ofrecía su mano y ella decidió tomarla.

Rosas y Espadas II: Sentimientos y Emociones VerdaderasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora