El amor de una Espada y la codicia de una Rosa I

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Varios minutos pasaron desde que terminó la pelea, Dia llegó a donde se encontraba Shioriko. La vio derrotada en el suelo.

- Casi destruyes todo y aún así, fuiste vencida- (Dia pensó que su subordinada estaba inconsciente).

- Lo lamento... Dia-sama... No quise... fallarle....- (Shioriko estaba tirada boca abajo).

- Estas despierta... *suspiro* No sólo me fallaste a mi sino que también eres una vergüenza para el Consejo Estudiantil- (Dia lo decía bastante molesta pero sin levantar la voz).

- Estoy avergonzada...por mi derrota... Perdón, Dia-sama...- (A Shioriko le costaba hablar y no podía levantar la mirada para ver a la pelinegra a los ojos).

- Recibirás tu castigo... Ven aquí...-

- Dia-sama?...-

Dia la levantó en sus brazos y se dispuso a cargarla para sorpresa de la menor.

- Setsuna-san- (dijo la pelinegra con voz de mando).

- Pigi...-

- Sí, Dia-sama?- (Setsuna bajo la cabeza, se la veía preocupada)

- Pigi...-

- Ella parece estar bien... De todas formas, la voy a llevar a que curen sus heridas. Encargate de todo lo que haga falta aquí, en especial de la heridas. Entendido?-

- Pigiii...-

- Como ordené, Dia-sama- (Setsuna respiraba más tranquila tras escuchar las palabras de la mayor).

- Pigyaaa!-

- Mari-san! Puedes dejar de manosear a Ruby!- (ya no soportaba la actitud de la rubia).

- Las traje a todas hasta aquí, my love! Eso me costó mucha energía! Déjame que me divierta un poco, yes?- (estaba tocando los humildes pechos de Ruby mientras la menor de las Kurosawas se cubría la boca para no gemir).

- Deja a Ruby en paz!...- (poniendo una mirada aterradora)-... Ahora!-

- Ok... Ok...- (se alejaba Mari)- So bad...- (dijo muy deprimida).

Ruby, toda sonrojada, respiraba más tranquila.

- Setsuna-san... Cuida de mi hermana- (viéndola mal a la rubia)- No dejes que le ponga una mano encima, sí?-

- Lo haré, Dia-sama...- (viendo con cariño a la pelirroja)- Ven, Ruby-chan-

- Sí, Setsuna-chan!- (corría a un lado de la peliazul de fuego para esconderse detrás de ella).

Setsuna trataba de interponerse pero Mari se acercaba a las dos con su pícara sonrisa poniendo nerviosa a ambas, viendo como rodear a la Rosa Fénix. Al ver eso, Dia no tuvo más opción:

- Mari-san... Ven conmigo-

- Tu me vas a dar mi recompensa?...- (se acercaba para darle un beso en la mejilla a la pelinegra).

- Si eso te mantiene lejos de Ruby...-

- Let's go!- (Mari se apoyó en el hombro de la Kurosawa pero Dia la hizo a un lado).

A pesar de la clara alegría de Mari, Dia se iba caminando lentamente tratando de evitar que todas vieran las lágrimas de Shioriko.

- No debiste de haber fallado y serás castigada por eso... Si piensas llevar el apellido Kurosawa, sólo la victoria es el único resultado aceptable-

Shioriko sólo sentía aún más la amargura y la tristeza de fallarle a quién ama; pero en medio de todo ese dolor, vió que el rostro de Dia se acercó para besar su frente.

Rosas y Espadas II: Sentimientos y Emociones VerdaderasWhere stories live. Discover now