El amor de una Espada y la codicia de una Rosa II

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Nico estaba siendo cogida por su pequeña elegida, mientras que sus hijas se turnaban para besarla.

La pequeña pelirroja estaba perdiendo el respeto por sus princesas y ya comenzaba a verlas como unas putas cualquieras. Les acariciaba las vaginas a ambas viendo como está se humedecían, para después meterles los dedos mojados con sus fluidos en la boca .

En un arrebato de placer, les comenzó a romper sus vestidos hechos de Yū. Arrancando todo el frente del vestido negro de Maki para dejar expuesto sus pechos, mientras que a Honoka le arrancaba lo único que le quedaba de su falda envuelta en su cintura, dejándola sólo con sus bragas.

Los vestidos de la Diosas no se rompen a menos que ella lo quieran así.

- Mou, Sachan! Ten más cuidado!- (Honoka lo decía sonrojada).

- Puedes golpearme si es lo que quieres, Sachan...- (Maki actuaba toda sumisa, seguía compitiendo contra su hermana).

- Múerdeme, Sachan...- (Honoka le ofrecía su cuello, para la sorpresa de Maki).

Sachiko lo dudó por un instante pero tomó valor y le dió una gran mordida al hombro de Honoka.

- Sí! Así te gusta, Sachan?!- (el dolor y el placer se mezclaron en ese gemido).

- Eso es injusto! Yo fui la primera que te lo pidió!-

Mientras Maki sentía celos otra vez, Sachiko no separaba los colmillos del hombro de la pelinaranja. Saboreaba la sangre de una de sus princesas.

Las Espadas para mostrar su dominio, muerden a sus parejas para marcarlas. Este tipo de marca se la denomina como "Sigrun Kara", el poder de lo salvaje en relación al amor y el sexo.

En ese momento, la saliva de las Espadas adquiere un gusto particular que impregna a su objetivo con un olor determinado.

Las mujeres Rosas u otras Espadas que reciben el Sigrun Kara comienzan a emitir una esencia en su transpiración que le permite a otras Espadas poder sentir que esa mujer tiene una dueña.

Aunque para muchas Espadas eso no importa, a menos que el aroma que la haya marcado pertenezca a una Espada muy poderosa; o, el caso contrario, que tenga el aroma de diferentes Espadas saliendo de su cuerpo, marcándola como una mujer fácil.

La marca de los dientes queda grabada en la piel de las Rosas y es tanto una muestra de amor o, también, puede ser considerado como una vergüenza por parte de algunas Rosas.

Después de morder a Honoka, Maki también se ofreció y Sachiko también la marcó.

Maki se excitó demasiado que terminó por correrse tan fuerte que sus piernas quedaron tiritando de placer, mientras sus fluidos mojaron sus piernas y el piso como si se hubiera orinado encima.

- Ni-Ni siquiera Nico-chan lo hizo así... Así de fuerte...- (la sonrisa y la mirada pérdidas en el placer, Maki ya quería que Sachiko se la cogiera).

- Mi hombro me duele...- (dijo Maki, Sachiko trato de disculparse pero)- Se siente bien! Sachan! *risa sexy*-

Ambas hermanas besarían a la pequeña pelirroja, al mismo tiempo.

Ver a sus princesas estar tan sumidas por su lujuria, con esas miradas tan seductoras y sus actitudes tan eróticas que hacían contraste con sus formas de ser, hicieron que Sachiko se sintiera totalmente poderosa, ya que era ella quien las provocaba.

A todo esto, la Nico mayor podía sentir como el pene de su pequeña elegida comenzó a golpear su interior como intentando desgarrarla y partirla en dos. Su vagina a duras penas podía contener los impactos de las embestidas, debido a su grosor y la fuerza que aplicaba la pequeña pelirroja.

Rosas y Espadas II: Sentimientos y Emociones VerdaderasWhere stories live. Discover now