Parte 37 Dime que es lo que te pasa.

805 115 72
                                    


Era cerca del mediodía y había un ambiente pesado en la secta Lan. La llegada temprana del invierno no solo bajó la temperatura, sino que también la relación de Lan Shen y Lan JingYi.

No había un día que no discutieran por cosas menores. Esa mañana JingYi no pudo soportarlo y salió muy molesto de la oficina del líder de la secta. Su expresión  amarga continuó por bastante tiempo mientras iba al salón de oquillas para dar clases. Doblo unas esquinas y sus pasos se detuvieron de repente.

—A-Yu ¿Qué haces aquí?

Lan YuHan estaba parado a mitad del recorredor con la cabeza agachada como un fantasma que perdió su rumbo y vagaba de errante. Sus negros cabellos ocultaban sus ojos y su expresión, cuando habló su voz fue neutra y carente de emoción.

— ¿Peleaste con A-Shen por mí?

De nuevo, JingYi sintió dolores de cabeza, sabía que había algunas cosas estaban circulando por ahí  e inevitablemente llegarían a los oídos de Lan YuHan, la prueba misma era que este hermano menor suyo estuviera aquí. Suspiró.

—Si peleamos.

El cuerpo de Lan YuHan se sacudió. Levantó su cabeza y sus ojos revelaron miles de emociones, pero ninguna palabra salió de sus delgados labios, era como si tuviera mucho miedo de hablar y decir algo equivocado.

JingYi, no notó eso, pero rápidamente dijo — ¿Tiene algo que ver contigo?

—Y-Yo...

—A-Yu—JingYi se acercó y le acarició la cabeza— Hemos discutido por nuestras diferencias, incluso si hay algo mal entre nosotros, no tiene nada ver contigo. No pongas esos pensamientos en tu mente.

—Pero..— YuHan era incapaz de soportar la bondad de su hermano mayor. Creía firmemente que JingYi solo quería consolarlo.

Las expresión de JingYi se suavizó y se puso nostálgico —Cuando naciste, el maestro Wei no sabía bien cómo cuidarte, eras muy pequeño, frágil como un jade recién pulido, por eso siempre estaba  preocupado  y  sostenía en su brazos con muchas cautela, incluso se volvió más tranquilo.

—Sin embargo, los ancianos de la secta pensaban que no debía ser tan protector,  por aquel entonces estaban decepcionados de que el primogénito de ZeWu-Jun fuera una mujer y pusieron toda su atención en ti.

YuHan no sentía felicidad con lo que  escuchaba, en cambio un sabor amargo bajó por su garganta y se instaló en su corazón — Gran decepción se llevaron.

—Si-JingYi le dio la razón y YuHan casi sintió arder sus ojos hasta que escuchó las siguientes palabras.

—Porque el maestro Wei los ignoró y no permitió que ninguno de ellos tuviera ideas para ti. Siendo un omega que tuvo su primer hijo era más territorial que uno normal, incluso si alguien lo molestaba no le importaba  darle una paliza. Muchos ancianos se enojaron, pero HanGuang-Jun y ZeWu-Jun lo defendieron.

—En aquel entonces, SiZhui y yo temíamos ponerlo nervioso. No compartimos sangre, por eso imaginamos que sólo seríamos una espina en sus ojos y no alejamos por muchos días. Pero una tarde, llegó de repente a nuestra habitación contigo en sus brazos y no dio un sermón lo que era piedad filial y luego dejó que cada uno te sostuviéramos.

—Solo dejaré mi tesoro más preciado en manos  de mi familia.

JingYi hizo una pausa corta y agregó—Cuando te sostuve por primera vez y entendí sus palabras, me di cuenta que todo este tiempo lo había malentendido  y estaba siendo frívolo. Podemos no estar relacionados por la sangre, pero tenemos un vínculo que nos une como familia.

Nueva GeneraciónWhere stories live. Discover now