Parte 16 Indeciso

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Los gemelos se encontraban en la biblioteca, sus cabeza se apoyaban perezosamente sobre la mesa olvidándose completamente de los modales que regían a la secta Lan.

La razón era porque estaban deprimidos. Su padres y su hermana se marcharon hace un incienso quemado y como habían acordado Lan Shen se quedó en la secta Lan, pero a su mala suerte, Jiang Cheng se llevó a Zidian con él y eso era suficiente para que los dos hermanos estuvieran sin ánimos.

—Eres un tonto— Lan Xuan dijo sin fuerzas— Pudiste haber tenido a Zidian para los dos. — Cuando recordó aquel detalle suspiró.

—Lo sé, no me lo recuerdes — Lan Shen quería llorar se dejó engatusar por la persona que le gustaba y terminó pidiendo a la oportunidad de tener el arma santa de la familia Jiang.

De repente Lan Xuan tuvo una idea y enderezó su espalda— ¿Y si usamos cuerdas?

—No será lo mismo—Lan Shen también se sentó de forma correcta — No aprietan como fuerza y no son tan grueso, no se sentirá bien.

— ¿Capaz deberíamos probar con varias juntas?—Medito esa opción Lan Xuan — O bajar a la ciudad para encontrar una gruesa y flexible.

—¿Dónde encontraremos algo más grueso y flexible que Zidian?

Ambos hablaron sin ninguna reserva, olvidándose que además de ellos había otros adolescentes en el lugar escuchándolos. Algunos no pudieron evitar dejar volar su imaginación ante esa insinuaciones y abandonaron el lugar con las caras rojas.

Cruzando el umbral de la puerta, Lan YuHan llegó junto a Lan JingYi y escucharon su conversación. El primero río divertido sobre todo porque vio a sus compañeros discípulos rojos comos las manzanas de Manzanita en cambio el segundo se apresuró en ir a detener esa charla indecente.

—jóvenes maestros recuerden que está prohibido hablar en la biblioteca.

Los gemelos recordaron ese detalle e inmediatamente volvieron a recostarse sobre la mesa en silencio.

—A-Shen no te deprimas— Lan YuHan se sentó a lado de Lan Shen— Te enseñaré a hacer nudos con sogas, así podrás atar a quien quieras.

Lan Shen se giró a mirarlo— No quiero atar, quiero que me aten.

—¡Ejm!—Lan JingYi se aclaró la garganta interrumpiendolo. Un rubor cubrió parte de su mejillas de forma involuntaria.— Jóvenes maestros, vengan tengo una tarea para ustedes dejada por ZeWu-Jun.

— ¡A mí también me gusta que aten!— Lan YuHan no abandonó el tema— A-Xuan puedes atarnos después con la cinta de nuestra cabeza será divertido.

—No creo que sea bueno usar nuestras cintas—Opinó Lan Xuan—Pero si quieren que los ate, más tarde podemos probarlo.

—¡Bien!

"Estos niños"  Entre más escuchaba más avergonzado estaba Lan JingYi— Nada de ataduras para ustedes—Dijo ganándose una mirada de resentimiento de los tres menores.

—"..."

— Tenemos que ir Janshi—Dijo antes de su amotinaron contra él.—Los tres deben verificar si los conejos de HanGuang-jun están bien, además de alimentarlos. Últimamente algunos están algo enfermos, debemos asegurarnos que no sea una enfermedad contagiosa.

—¡Está bien!

De mala gana los tres se levantaron.Jing Yi extendió su mano hacia la Lan Shen para ayudarlo.

Lan Shen parpadeó sorprendido y con un poco de dudas aceptó aquella palma—Gracias.

Solo por un momento donde sus manos se tocaron, una calidez recorrió sus corazones y lo hizo sentirse inquieto. Lan Shen fue el primero en querer retirarse, pero tan pronto como sus manos quisieron salirse se sorprendió al ver que lo retuvo por un momento como si no quería dejarlo ir luego se alejó apresurándose en abandonar la biblioteca.

Nueva GeneraciónWhere stories live. Discover now