Parte 11 Antes de la boda

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Jiang Huang Yu condujo a su hermano de regreso a su hogar. Lan Shen no dijo mucho sobre quien le rechazó, pero viendo la expresión de su hermano menor sabía que lo había querido mucho. 

El cuerpo de Lan Shen aún estaba débil y su pie no  se había curado, pero para no hacer perder la cara a su padre se esforzó en ir a la cena de la noche pasada y en despedir a los líder de secta, por noche y la mañana . Lan Shen fue terco y se negó acceder. Ahora que había presionado su cuerpo hasta hace punto sus fuerzas se agotaron y no tuvo más opción que apoyarse en ella para caminar.

Se dirigieron directamente a la habitación de los gemelos atravesando un largo pasillo de mansión. Ahí sus pasos se detuvieron de repente al encontrarse a  Lan XiChen mirando el jardín con una expresión calmada.

Lan Shen era consciente que sus padres sabían sobre su condición, aunque su padre lo encubrió todavía se sentía mal porque arruinó la reputación de ambas sectas.

—Papá—Juntos sus manos y bajó la cabeza. Lan XiChen lo miró con una expresión suave.

—No te preguntare que pasó, sino quieres hablar de eso ,tampoco te presionare. Tu padre fue severo, pero él te amaba y solo estaba preocupado por ti. No pienses demasiado en sus palabras.

Por supuesto, Lan Shen no sabía jamás pensaría que padre no lo quería. Lo que le dolía era haberlo desilusionado.

Aunque su hijo tenía la cabeza abajo, Lan XiChen podía adivinar qué clase de expresión portaba. Se acercó y gentilmente removió sus cabellos. — Ustedes, cada uno, son mis más preciados tesoros. El mejor regalo que WanYin me dio, fue el hecho de poder convertirme en su papá.

—Si mis preciado tesoros, son lastimados o heridos. Por supuesto estaré molesto y enojado conmigo mismo, porque no he pedido protegerlos.

Sorprendido por esas palabras, Lan Shen levantó la cabeza y negó— ¡Papá es mi culpa! Me confié y resulté herido por mi propia debilidad. Entrenare más duro para no volver a manchar la reputación de la secta Jiang y Lan. 

—No me importa esa reputación.— Lan XiChen lo abrazo y sostuvo la cabeza de su hijo contra su pecho —Todo lo que me preocupa es saber si mi hijo está bien o no. Si algo les pasara no podría seguir viviendo.

Incapaz de detener sus emociones, sumado al aroma protector que Lan XiChen estaba usando para envolverlo, hizo que la barrera que Lan Shen tenía en su corazón se desvaneciera.

— ¡Papa! Lo siento. Yo estoy bien, no quise preocuparte. Me volveré fuerte.

Por más grandes que fueran sus hijos, para Lan XiChen siempre serían sus bebés. No podía evitar sobreprotegerlos y mimarlos.

—No se necesita ser duro contigo mismo. Lo que deseo para ti, A-Xuan y A-Huang es que tengan salud y sonrían cada día. Si alguien les hace llorar tu papá no  los dejara tranquilo.

Cuando dijo esas palabras, Lan XiChen estaba limpiando el rostro de su hijo y Lan Shen no pudo evitar pensar en Lan JingYi  sobre lo que le haría su papá si supiera que otro hombre ya le había roto el corazón.

—Ya no sigas papá. — Se quejó Lan Shen cuando las manos de su progenitor se cansaban de limpiar su cara. Avergonzado de ser tratado de esa forma, sus mejillas se tornaron rojas.

Lan XiChen no se perdió esa reacción, después de todo su querido hijo en el fondo se parecía mucho a su esposo. Era adorable cuando aparentaba ser fuerte.

—Ve a descansar. — Ordeno y miró a su hija. — A-Huang no dejes que salga de su habitación.

—Sí, papá— Jiang Huang río en voz baja, había estado viendo todo en silencio. Sus hermanos menores parecían siempre evadir a su papá y lo trataban con frialdad, pero en realidad eran bastantes débiles cuando estaban con él. Querían y respetaban a su papá por más que no lo admitieran. Jamás hacen algo para preocuparlo ya que  no soportaba verlo triste.

Nueva GeneraciónWhere stories live. Discover now