Parte 29 Somo como dos líneas pelarelas

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Lan Xuan sintió que su respiración se estancaba y por un momento creyó haber escuchado mal, sin embargo, al mirar la expresión resentida de  Lan YuHan entendió que no eran otras de sus tonterías. Oprimió sus labios al igual que sus manos.

—Ya veo...El sentimiento es mutuo. Te enviaré una invitación cuando llegue ese día. Adiós primo— Ocultando sus ojos detrás de sus cabellos, Lan Xuan se dio la vuelta para marcharse.

"Primo"  Lan Xuan nunca lo llamaba así, escucharlo referirse a él de esa manera para Lan YuHan fue como recibir un golpe en su pecho. Se mordió el labio inferior al ver como Lan Xuan se alejaba lentamente de él.

— Soy un cultivador demoníaco... También me hubiera gustado andar por un camino brillante cómo lo es el sendero justo, pero ahora ya no puedo...

—No lo sé. Todo lo que tenga que ver contigo, no me interesa.— Lan Xuan lo interrumpió sin darle tiempo de continuar y su presencia se desapareció en la oscuridad del pasillo.

Lan YuHan sonrió con amargura, era por eso que lo odiaba. Lan Xuan siempre creía en todo lo que decía, pero esta vez fue  su culpa. Lo hirió, le mintió y le creyó de nuevo.

Una lágrima rodó por su mejilla. El viento frío de la madrugada desparramó sus cabellos y sus ropas se encargó de limpiar el agua que caían de sus ojos de forma interminable.

 El viento frío de la madrugada desparramó sus cabellos y sus ropas se encargó de limpiar el agua que caían de sus ojos de forma interminable

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—Ya ha amanecido A-Shen. Despierta.

En una amplia cama, Lan Shen se movió, pero abrió sus ojos. Las sabanas estaban enredados alrededor de su cuerpo dejando sus largas piernas descubiertas.

Lan JingYi tuvo problemas para controlar su imaginación al tener aquella escena frente a sus ojos. Recito las reglas de la secta en su corazón, pero ninguna funcionó.

—A-Shen—Intentó llamarlo de nuevo algo frustrado consigo mismo por no poder un poco de serenidad al primer día de casado. Esta vez, Lan Shen levantó sus pestañas y se sentó sobre la cama lentamente. 

Sus cabellos estaban desordenados y sus ojos nublados aún por el sueño. Sobre su pecho pequeñas manchas rojas resultaban sobre la blancura de su piel.

Se fregó los ojos y parpadeó varias veces, antes de poder mirar con claridad a JingYi, quien ahora en adelante era su esposo. —¿Qué pasa?

—¿Lo has olvidado?—JingYi le sonrió con cariño—Debes ir a servirle el primer té a HanGuang-Jun y al Maestro Wei.

—Ah— Lan Shen recordó que era su primer día de casado, por lo cual debía saludar a sus suegros como correspondía. Al tener su mente más clara, inmediatamente recordó lo que pasó durante la noche y se sintió avergonzado. Varios tonos rojos cubrieron su rostro y levantó un poco las sábanas para cubrir su cuerpo. 

—I-Iré a bañarme.

JingYi no se perdió esa expresión y rio para sí mismo— Ya te he preparado el baño. Te traeré el nuevo traje que usarás de ahora en adelante. Líder de la secta Lan.

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