027

1.1K 84 0
                                    

"Hueso, carne y sangre"


Harry sintió que los pies daban contra el suelo. La pierna herida flaqueó, y cayó de bruces. La mano, por fin, soltó la Copa de los tres magos.

-¿Dónde estamos? -preguntó.

Cedric sacudió la cabeza. Se levantó, ayudó a Harry a ponerse en pie, ylos dos miraron en torno.

Habían abandonado los terrenos de Hogwarts. Era evidente que habían viajado muchos kilómetros, porque ni siquiera se veían las montañas que rodeaban el castillo. Se hallaban en el cementerio oscuro y descuidado de una pequeña iglesia, cuya silueta se podía ver tras un tejo grande que tenían a la derecha. A la izquierda se alzaba una colina. En la ladera de aquella colina se distinguía apenas la silueta de una casa antigua y magnífica.

Cedric miró la Copa y luego a Harry.

-¿Te dijo alguien que la Copa fuera un traslador? -preguntó.

-Nadie -respondió Harry, mirando el cementerio. El silencio era total y algo inquietante-. ¿Será esto parte de la prueba?

-Ni idea -dijo Cedric. Parecía nervioso-. ¿No deberíamos sacar la varita?

-Sí -asintió Harry, contento de que Cedric se hubiera anticipado a sugerirlo.

Las sacaron. Harry seguía observando a su alrededor. Tenía otra vez la extraña sensación de que los vigilaban.

-Alguien viene -dijo de pronto.

Escudriñando en la oscuridad, vislumbraron una figura que se acercaba caminando derecho hacia ellos por entre las tumbas. Ninguno podía distinguirle la cara; pero, por la forma en que andaba y la postura de los brazos, pensaron que llevaba algo en ellos. Quienquiera que fuera, era de pequeña estatura, y llevaba sobre la cabeza una capa con capucha que le ocultaba el rostro. La distancia entre ellos se acortaba a cada paso, permitiéndoles ver que lo que llevaba el encapuchado parecía un bebé... ¿o era simplemente una túnica arrebujada?

Harry cayó al suelo al sentir un dolor, superior al resto en su cicatriz y se quedó sin poder ver nada, pensando que la cabeza le iba a estallar.

Desde lo lejos, por encima de su cabeza, oyó una voz fría y aguda que decía:

-Mata al intruso.

Entonces escuchó un silbido y una segunda voz, que gritó al aire de la noche estas palabras:

-¡Avada Kedavra!

Cedric cayo, no muy lejos de Harry, sobre la hierba, con las piernas y los brazos extendidos. Estaba muerto. El azabache ahogo un grito he iba a atacar al hombre pero este se adelanto. El hombre de la capa con un hechizo hizo que una de las estatuas que se encontraba detrás de Potter, lo atraparan colocando un brazo de este desde el cuello a los tobillos. Forcejeó, y el hombre lo golpeó: lo golpeó con una mano a la que le faltaba un dedo, y entonces Harry comprendió quién se ocultaba bajo la capucha: Colagusano.

-¡Tú! -dijo jadeando.

El líquido que contenía el caldero frente a Harry parecía calentarse muy rápidamente. La superficie comenzó no sólo a borbotear, sino que también lanzaba chispas abrasadoras, como si estuviera ardiendo. El vapor se espesaba emborronándola silueta de Colagusano, que atendía el fuego.

-¡Hueso del padre, otorgado sin saberlo, renovarás a tu hijo!

La superficie de la sepultura se resquebrajó a los pies de Harry. Horrorizado, vio que salía de debajo un fino chorro de polvo y caía suavemente en el caldero. La superficie diamantina del agua se agitó y lanzó un chisporroteo; arrojó chispas en todas direcciones, y se volvió de un azul vivido de aspecto ponzoñoso.

𝕱𝖔𝖗𝖊𝖛𝖊𝖗 𝖆𝖓𝖉 𝖆𝖑𝖜𝖆𝖞𝖘 | ʙᴡWhere stories live. Discover now