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Capítulo 10: Cuerda roja

El lunes por la mañana, no acudió mucha gente a la clase. Bai Zinan apoyó la barbilla en su asiento, preguntándose en qué lugar lo había colocado Cheng Zean, si era un amigo o sólo era un amante.

Miró el asiento vacío que tenía enfrente. Cheng Zean aún no había llegado, y los libros de la mesa estaban recién ordenados. En contraste con la mesa de Yu Xunfei, a su lado, que estaba hecha un desastre, con migas de los fideos instantáneos que había comido la semana pasada.

Yu Xunfei entró al salón de clases con una mochila colgando en la espalda. Cheng Zean a su lado parecía estar de buen humor, bromeando y riendo con Yu Xunfei.

"No voy a mentir, ese omega de ayer estuvo muy bien. Esos gritos, ah, no lo soporte ni yo, es una pena que no hayas venido".

Yu Xunfei metió su mochila escolar en el cajón y se volvió hacia Cheng Zean para mostrar una mirada borrachera de la noche anterior.

Cheng Zean dijo de muy buen humor: “Lo primero que hay que hacer es tener cuidado con agarrar alguna enfermedad. Hoy en día hay mucha gente que toma represalias en la sociedad, quizás un día lo sufras tú".

Terminó frotando su hombro contra el de Cheng Zean: "No tienes miedo, ¿verdad?, no has estado con nosotros últimamente".

A Cheng Zean no le gustaba mucho que la gente le pusiera la mano encima. Dio palmaditas a su ropa ya que Yu Xunfei lo había tocado con la mano.

Yu Xunfei conoce su temperamento, y teme que se enfade si vuelve a coquetear con él. Lo mejor es seguirle el pelo. Agitó las migas de fideos instantáneos de la mesa hasta el suelo, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Está orgulloso de su dinero. Mira a los demás por encima del hombro porque es rico, y porque no se atreven a meterse con él.

Cuando el profesor llegó un rato después, todos estaban escuchando tranquilamente la canción, excepto algunos imbéciles desafinados que estaban jugando bajo sus pupitres.

Bai Zinan retiró la mirada y bajó a escribir notas, ya no sabía cómo enfrentarse a Cheng Zean.

Estos días, Cheng Zean podía sentir claramente la frialdad de Bai Zinan hacia él, incluso la mirada ardiente en la parte posterior de su cabeza durante la clase había desaparecido. Solía aprovechar la clase para robar miradas, pero ahora estaba tomando notas o sentado en su asiento después de la clase.

"¿Por qué la semana pasa tan rápido? Mañana vuelve a ser sábado".

Yu Xunfei dijo fingiendo desgana. Su cara ya estaba cubierta por una sonrisa, miró su teléfono, giró la cabeza hacia Cheng Zean y dijo con una sonrisa barata: "Qian Doyi dijo que si no vas este fin de semana, ese omega irá a tu casa a buscarte."

Cheng Zean también sintió que era demasiado abstinente, pero los asuntos de su madre eran más importantes. Dijo con impotencia: "Tengo que acompañar a mi madre al templo mañana para presentar sus respetos, ustedes vayan y diviértanse".

Yu Xunfei suspiró y contestó a Qian Doyi en su teléfono móvil. No sabía si ese omega realmente encontraría el camino a la casa de Cheng Zean. Si el padre de Cheng Zean se enteraba, sería un gran espectáculo, tenía que ayudarle a bloquear a ese omega.

El sábado fue un día soleado, y la previsión meteorológica decía que el domingo también lo sería.

El tiempo estaba previsto, pero la gente no.

Bai Zinan apoyó la cabeza en su escritorio, angustiado, con los deberes desplegados delante de él y el teléfono apagado encima. Cheng Zean le mandó un mensaje diciendo que no tenía que ir al "calentamiento de cama" hoy y que debía ir mañana.