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Capítulo 17: Alimentación con fideos

El tercer día después de la operación.

El hospital llamó para informar de que Jiang Rong se había recuperado y estaba despierta, pero no en buen estado.

La primera vez que Bai Zinan se enteró de la noticia, se apresuró a ir, y Cheng Zean estaba con él.

La habitación estaba tan silenciosa que se oía el sonido de los instrumentos goteando. La habitación blanca y pura sólo tenía la ropa de dos personas que añadían color al lugar. Todo parecía tan pálido y débil. La mujer en la cama estaba conectada a un respirador. Sus labios no tenían color y se había dormido de nuevo bajo la liberación de la medicina.

"Pensé que había dicho que estaba despierta, ¿por qué sigue acostada en la cama?” preguntó Cheng Zean con el ceño fruncido, mirando al médico antes de volverse hacia Bai Zinan y suavizar su tono: "No te preocupes, todo estará bien".

Bai Zinan contuvo la amargura de su corazón. Inclinó la cabeza y juntó las manos con inquietud, luego asintió con la cabeza.

El médico hizo un gesto de impotencia, les entregó el documento que tenía en la mano y les explicó: "Esta cirugía tiene ciertos riesgos. Además depende de la propia suerte. La paciente es una mujer omega de edad avanzada, es normal que su cuerpo esté débil. La glándula está conectada a los nervios del cerebro. Se sentirá mareada y querrá dormir."

Cheng Zean suspiró. Odiaba escuchar todas estas tonterías. Era tan molesto como su padre. Soltó la mano de Bai Zinan y se dirigió al doctor: "Dame una confirmación. ¿Se puede curar o no?".

El escalofrío en los ojos de la otra parte hizo que el médico se secara el sudor frío, y tartamudeó: "Este… no lo podemos garantizar".

Cuando Bai Zinan vio que Cheng Zean estaba a punto de enfadarse, temió que esto se considerara una alteración médica, así que tiró de la esquina del abrigo de Cheng Zean y dijo en voz baja: "No te enfades".

No sé por qué, pero el estado de ánimo de Cheng Zean empezó a seguir el de Bai Zinan. Cuando Bai Zinan estaba triste, el corazón de Cheng Zean también se sentía mal, pero cuando Bai Zinan estaba feliz, él también se ponía mejor.

"El dinero no es un problema. Cuídala bien".

Cheng Zean calmó un poco su enfado, pero aún así le dijo al doctor con un tono desagradable: "Será mejor que se asegure de que esté a salvo".

El médico estaba tan sorprendido por su hostilidad que casi dejó caer al suelo la información que tenía en la mano, y tosió dos veces fingiendo estar relajado.

Bai Zinan sintió que Cheng Zean lo trataba cada vez de forma más diferente, incluso más que a un amigo común. Pensó que era tan apegado a todos sus amantes.

El corazón de Bai Zinan estaba un poco frío, con algunos dolores de hormigueo, sin embargo, seguía palpitando.

Jiang Rong ha estado en un estado de somnolencia durante los últimos días. Sus glándulas estaban envueltas en gasas y se quedó dormida después de despertarse durante un tiempo. Sólo pudo levantarse aturdida para comer algo. Bai Zinan no pudo decirle nada porque ella estaba cansada y quería dormir.

Esta situación se mantuvo hasta la víspera de Nochevieja. Permaneció en el hospital durante dos semanas. Se había recuperado y sólo pudo pasar la Nochevieja en el hospital.

Bai Zinan acudía todos los días al hospital cuando salía de la casa de Cheng Zean. El estado de Jiang Rong mejoraba día a día, y por fin podía levantarse y moverse con normalidad.

"Es casi Año Nuevo. He oído que Cheng Zean está solo en casa, así que ¿por qué no viene a pasarla con nosotros?"

Había una suavidad en la mirada de Jiang Rong mientras se apoyaba en la cama. Las pálidas sábanas reflejaban que su rostro tampoco era tan bonito.