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Capítulo 55: Necesidad fisiológica

Llovía el primer día del Año Nuevo. El aire estaba húmedo y aún se podía oler el aroma de la tierra.

Bai Zinan dobló la ropa de cama en el suelo, que estuvo a punto de aplastar su delgado cuerpo, pero apretó los dientes y consiguió meter la ropa de cama en el armario.

Después de limpiar durante casi todo el día, la casa parecía mucho más espaciosa, pero seguía teniendo la sensación de que le faltaba algo y su corazón estaba vacío.

Bai Zinan dejó la escoba en un rincón y se apoyó en ella, sentándose en el borde de la cama con un pequeño jadeo y los pies descalzos. Su mirada miraba inconscientemente el suelo donde Cheng Zean había dormido la noche anterior.

•••

Hace una hora.

Las cortinas eran impermeables y bloqueaban toda la luz.

Lo primero que vio Bai Zinan al abrir los ojos fue la nuca de Cheng Zean.

Estaba tan cerca que se podían oler sus feromonas con aroma a rosa.

Bai Zinan tardó en recordar que la noche anterior se había arrodillado junto a Cheng Zean, acariciando su espalda, y que finalmente se había quedado dormido en los brazos de Cheng Zean porque no podía aguantar.

Levantó la mano para darse una palmada en la cabeza con disgusto y se quedó mirando las glándulas lisas e impecables de Cheng Zean durante mucho tiempo, sintiendo de repente un vago dolor como si las hormigas las royeran.

Bai Zinan dejó escapar un suspiro con su boca, retiró la mano que quería tocar la glándula de Cheng Zean y apretó los dientes para intentar calmar los latidos de su corazón.

Pensó para sí mismo:

《Bai Zinan, Bai Zinan, ¿cuándo vas a estar un poco más atento? Es Cheng Zean, la persona que más te hirió hace cinco años》

Cheng Zean le pareció oír el movimiento a sus espaldas, entrecerró los ojos y se dio la vuelta. Frotó con sueño el cabello opaco de Bai Zinan, levantó las cejas y dijo: "Estás babeando mientras duermes".

Los ojos de Bai Zinan se abrieron de par en par. Sus mejillas se tiñeron de una fina capa de rojo, sus ojos bajaron y no se atrevió a mirar a Cheng Zean. Su lengua rozó cuidadosamente la comisura de sus labios y sus dedos limpiaron la saliva que Cheng Zean había mencionado en un lado de su boca.

Bai Zinan de repente se dio cuenta de que levantó la cabeza para mirar a Cheng Zean. Los ojos redondos no eran feroces en absoluto, sino un poco más lindos.

《Lo que dijo Cheng Zean fue una mentira, ¡no había saliva!》

"¿Me estás mirando mal, o sólo estás siendo lindo?" Cheng Zean no pudo contener la risa, pellizcando la cara hinchada de Bai Zinan, y luego lo abrazó entre sus brazos, frotando su barbilla contra el pelo de Bai Zinan y diciendo: "Han pasado muchas cosas en estos cinco años, y verte de nuevo es lo más afortunado que me ha pasado en mucho tiempo."

Bai Zinan enrojecía inexplicablemente las puntas de sus orejas cada vez que oía a Cheng Zean decir esas carnosas palabras de amor, y como siempre, enterraba su cara en los brazos de Cheng Zean y se encogía.

"Bai Bai, quiero explicarte bien". Cheng Zean agarró a los delgados hombros de Bai Zinan y estaban cara a cara, con más seriedad en el entrecejo, y dijo con voz profunda: "Hace cinco años te fuiste sin despedirte. Me sentí culpable durante cinco años enteros, y cada segundo quería encontrarte, y ahora la persona que busco está delante de mí. No puedes escapar."

Cheng Zean quería seguir diciendo algo más, pero el teléfono móvil colocado al lado de su almohada sonó en un momento inoportuno. Miró, era Ji Yuan llamando, reunió sus emociones y tocó para contestar.