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Capítulo 47: Lo que sea

"No importa si no estás de acuerdo, a partir de ahora te perseguiré".

Cheng Zean parecía haber tomado una decisión, su voz seguía siendo baja y magnética, como una hipnosis convincente, "No importa si tienes novio. Después de tantos años, entendí que mis sentimientos por ti no eran los de un amigo ordinario, y mucho menos los de un amante. No debería haber utilizado este estatus para atarte por mi propio egoísmo momentáneo. No es justo para ti. Lo siento por todas las cosas que he hecho antes".

Respiró hondo, la sangre de la comisura de su boca tenía una costra y le dolía al hablar, pero ¿cómo podía compararse esto con el agravio y el dolor que había sufrido Bai Zinan durante años?

El débil sonido de la respiración de Bai Zinan se oía al otro lado del teléfono, y Cheng Zean sabía que Bai Zinan estaba escuchando.

"Bai Bai, me gustas".

"Dududu-"

El teléfono se colgó justo cuando Cheng Zean dijo esta frase, dejando sólo un murmullo repetitivo en sus oídos. Su mano derecha cayó débilmente y el teléfono se deslizó hacia el suelo hasta que la tenue luz brillante desapareció.

La soledad parecía ser una costumbre. Todos decían que tenía una buena vida y que sería bendecido después de un gran desastre. Pero todo eso fue destruido por sus propias manos. Nadie sabía qué clase de tormento había pasado estos pocos años.

Cheng Zean entrecerró los ojos, miró hacia las sombras negras y cerró los ojos. Bai Zinan lo miraba inocentemente. Los acontecimientos del pasado se hicieron eco frente a sus ojos, y el omega que una vez lo miró brillantemente a los ojos, poco a poco perdió su luz y desapareció gradualmente.

Al final cayó en el mar de la gente y volvió a la mediocridad.

La risa en la sala vacía se hizo más y más fuerte, desgarrándose, y finalmente se convirtió en un rugido ahogado que se precipitó hacia su garganta. Era un amor asfixiante que no podía ser tan mortal.

Bai Zinan colgó el teléfono por reflejo. Su corazón se sentía como si alguien le hubiera dado un puñetazo tan fuerte que no se atrevía a respirar, incluso una respiración más era insoportable.

El reloj de pared giraba paso a paso, el ordenador portátil seguía tecleando páginas y la luz amarilla protectora de ojos brillaba en las puntas de su pelo negro puro. Tenía un par de ojos de perro caídos, y las pestañas descansaban con esmero sobre los párpados, frunciendo los labios sin rastro de sangre, tan pálidos como su rostro.

Bai Zinan había esperado cinco años para esta tardía confesión. Si hubiera sido hace cinco años, la habría aceptado sin dudar, y su corazón habría dado vueltas en secreto, pero Bai Zinan ya no era el idiota que seguiría si le daban un caramelo.

El tiempo le ha enseñado mucho; el pan en el horno estará blando después de unos minutos más de cocción, y una obra completa necesita medio año de perfeccionamiento antes de que pueda tener éxito. Esto también incluye el tratamiento de los sentimientos por alguien, que sólo tiene sentido si se ejecuta en ambas direcciones.

•••

Pasó un mes en un instante.

Cheng Zean no volvió a llamar, y la vida de Bai Zinan pareció volver a la normalidad, salvo que Chu He lo llamaba con mucha menos frecuencia. Bai Zinan pensó que ahora Chu He daba prioridad a sus estudios y no le molestaba demasiado.

"Uh, querido, no puedo acompañarte esta noche. El nuevo drama del director Pei comenzó oficialmente a filmar. Debe ser un poco duro. Tu parte del show de variedades también debe funcionar bien. El trabajo duro siempre tendrá su día, ¿de acuerdo? Te amo".