Capítulo 2.

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Sensualidad.

03 de octubre del 2018.

—¡Barbie, ya es hora de irnos! —Escucha los gritos de su hermano detrás de la puerta de su habitación. Por suerte, sus padres se adelantaron, sino tendría a su madre tocando la puerta como loca. —Barbie.

—¡Por Dios, Sam! Deja que termine —Exclama peinando su cabello castaño en un moño alto dejando su hermoso tatuaje a la vista. Su padre odia los tatuajes aunque siempre firmaba la autorización para que esta pudiera tatuarse. Desde los 16 Barbie comenzó a ''rayar'' su cuerpo, cito las palabras de su madre.

—Bárbara, papá ya dio su discurso de bienvenida y están como locos llamándome, ya quiero acabar con esto.

—Ok —Bufa con cansancio pues son tan parecidos. —¿Qué tal estoy? —Pregunta abriendo la puerta viendo a su sexy hermano vestido de traje.

—Se nota que eres mi hermana —Bromea. —Andando —La ayuda a bajar las escaleras antes de salir de la mansión y dirigirse al salón de eventos del hotel en el cual se está celebrando la fiesta en conmemoración de la fundación de la empresa petrolera de su padre.

Ingresan en el lugar robando todas las miradas pues todos los conocen como los jóvenes millonarios que heredarán la gran fortuna Rockefeller. Caminan hacia sus padres quienes los ven con notable orgullo pues aquellos chicos, a pesar de sus vidas repletas de locuras y excesos, han crecido de la mejor forma o al menos para ellos.

—¡Hasta que por fin llegan! —Bufa el señor Mario cuando sus hijos se acercan.

—Papi, deja esa amargura o te pondrás más viejo —Bromea girándose en busca de sus amigas hasta visualizarlas a unos pocos metros junto a la barra.

—¿Cuántos tatuajes más piensas hacerte? —Pregunta su padre en forma de regaño viendo el dibujo que decora la mayor parte de la espalda de su hija.

—Cuanto mi cuerpo soporte —Bromea. —Voy con las chicas, permiso —Se aleja con ese caminar delicado como si estuviese caminando sobre una nube. Su cuerpo y su delicadeza logra robar la mirada de todos los hombres en el lugar, adultos y jóvenes, aunque una en especial.

—¿La conoces? —Le pregunta el ojiazul a Alida, su hermana mayor.

—Es Barbie Rockefeller, hija menor de Mario y Clarissa Rockefeller —Responde está dirigiendo sus ojos al cuerpo de la castaña quien se encuentra en la barra conversando con sus mejores amigas. —Es una buena chica, fiestera, pero buena —Se gira nuevamente concentrándose en la conversación con su esposo.

La mirada de Keelan no es discreta y más de uno se da cuenta de que devora con descaro a la castaña quien toma del tequila que Víctor, el chico de la barra, sirvió para ella.

—Aquel tío no deja de verte —Le cuenta Brittany a Barbie provocando que esta se gire y busque con la mirada hasta toparse con aquellos ojos azules tan intensos y penetrantes que por un momento, una diminuta fracción de tiempo, se pierde en ellos. —¡Por Dios! Te mira con descaro —Chilla llamando nuevamente la atención de la castaña.

—Ni que fuese el único —Bromea.

Al cabo de unos minutos, su hermano va por ella con la intención de llevarla con su padre quien desea presentarle a su socio. Cuando llega con su padre se sorprende al encontrarse nuevamente con aquellos ojos azules.

—Hija, te quiero presentar a Keelan Dimou, hermano de Alida, ¿la recuerdas, cierto? —Pregunta su padre en un intento de llamar su atención, pero esta se encuentra perdida en aquellos ojos azules. —Hija...

En las Garras de la PasiónWhere stories live. Discover now