Capítulo 42.

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¡Bienvenidos al drama!

03 de febrero del 2019.

—Tu novio es todo un dios griego... —Halaga Anthony mientras él y Barbie se preparan en un salón de belleza para la entrega de premios de esa noche a la cual Anthony está invitado a través de su esposo, el famoso cirujano plástico jefe del más reconocido departamento de operaciones plásticas y estéticas, Blake Linc.

—No hables como si el tuyo no lo fuese —Le ordena en broma.

—Es todo un bombón, lo sé —Sonríe.

—Oye y... ¿Qué... qué tal es el matrimonio? —Pregunta Barbie algo avergonzada.

—¿Qué? No me digas que tú y Keelan estáis pensando en casarse. ¡Por Dios! ¿Ya te dio un anillo? ¡Quiero verlo! —Chilla emocionado.

—No, no. Keelan y yo no tenemos planes de casarnos es solo... sólo interés.

—Bueno, no os voy a mentir diciendo que es lo más fácil del mundo porque no lo es, Blake y yo llevamos a penas un mes y medio de esposos y a pesar de que anteriormente llevábamos seis años viviendo juntos, las cosas sois igualmente difíciles ya que nunca terminas de conocer a una persona. El hecho de casarse es algo hermoso ya que es el compromiso que hacéis dos personas que se aman y desean permanecer juntos por una cantidad indefinida de tiempo, y en casos especiales, por el resto de su vida, pero el sacerdote o el juez que los une en matrimonio no os cuenta de las diferencias que habrán, de las discusiones, de los malos días o del estrés que conlleva estáis casados —Habla desde el fondo de su corazón. —Cuando se casan, aunque estén económicamente estables siempre habrá un factor que os dividirá, ya sea el horario de trabajo, la familia de su cónyuge o hasta la idea de tener hijos. La verdadera muestra de amor es cuando a pesar de todo eso siguen despertando uno al lado del otro, siguen despidiéndose con un beso antes de irse a trabajar o siguen siéndose fieles el uno al otro. El matrimonio no es malo, solo debes buscar a alguien con quien no se haga tan difícil...

—Entiendo, entiendo... —Guarda silencio algunos minutos. —¿Cómo conociste a Blake? —Pregunta sintiendo interés.

—Bueno, ya conocéis a Andreas, mi hermano... —La castaña asiente. —Hace algunos ocho años, para mi cumpleaños 20, mi hermano organizó una parrillada familiar a la que acudieron toda nuestra familia. Estuve a punto de no asistir ya que llevaba dos meses trabajando como modelo, pero al final lo hice. Mientras pasaba el día, mi hermano tuvo la magnífica idea de jugar béisbol y así fue como terminé en emergencia con la nariz rota y siendo revisado por ese sexy doctorcito llamado Blake... —Ambos se carcajean. —Al principio me rechazó porque yo era su paciente, pero al final no fue capaz de resistirse a mis encantos.

—¡No, no, contigo no hay quien pueda! —Sonríe con alegría pues tiene un nuevo amigo que encaja a la perfección con ella.

—¿Y tú cómo conociste a Keelan?

—Bueno, mi padre nos presentó. Yo estaba buscando una empresa en la cual realizar mi pasantía universitaria ya que no deseaba hacerla en la empresa familiar así que papá me presentó a Keelan e inmediatamente quedamos enganchados —Sonríe recordando la reacción de su cuerpo la primera vez que vio a Keelan.

—¡Qué romántico! —Chilla haciendo sonreír a la castaña sin poder evitarlo pues la personalidad extrovertida de Anthony contrasta a la perfección con la personalidad formal e introvertida de Blake. Tal como ella y Keelan, el sol y la luna, el mar y la tierra, el frío y el calor, la desobediencia y lo dócil, la rebeldía y la sumisión.

De repente ven a un chico de algunos veintitantos, cabello castaño y ojos azules ingresando en el salón de belleza con un ramo de rosas negras en sus manos. En medio de todas las rosas se encuentra una rosa blanca.

En las Garras de la PasiónWhere stories live. Discover now