Capítulo 6.

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Sed en el desierto.

05 de octubre del 2018.

Los ojos de Barbie se abren con pesadez examinando la habitación en la que se encuentra pues es un espacio desconocido para ella. Mira con atención hasta ver el reloj del otro lado de la cama que marca las 10:00 Am.

—¡Carajo! —Exclama pues hace una hora debía estar en la universidad. Levanta la cobija que cubría su cuerpo dándose cuenta de que aún conserva sus bragas. —¿Buena o mala señal? —Pregunta poniéndose de pie. A sus oídos llega una música en un tono bajo y decide seguirlo hasta llegar a una habitación más parecida a un gimnasio privado.

Estudia a detalle el lugar hasta toparse con aquel cuerpo que no hace más que atormentarla pues nunca había estado entre unos brazos que la cobijaran tan bien como aquellos. Sus abdomen se flexiona cada que sus brazos elevan todo su peso de las barras de metal. El cuerpo sudado y rojizo por la fuerza aplicada se encuentra cubierto solo por un pantalón de chándal en color blanco que contrasta con todo el lugar pues su decoración es en gris y pequeños detalles negros.

La castaña carraspea un poco llamando la atención del ojiazul quien deja la barra, se acerca a un estante y apaga el reproductor antes de dirigirse a ella.

—Buenos días, Barbie —Ve como sus rosados pezones se endurecen al escuchar lo tosco de su voz. —¿Cómo dormiste? —Pregunta con una sonrisa de suficiencia mientras se acerca a ella. Su cuerpo se encuentra desnudo a excepción de las finas bragas de encaje rojo que la noche anterior decidió dejarle pues la chica había llegado dormida allí.

—Buenos días, Keelan —Se cruza de brazos para que este no vea la reacción de su cuerpo por su perversa y oscura mirada. —¿Qué... —Su vista y concentración se centra en la erección matutina que resalta de sus pantalones. —...como terminé aquí?

—Me pediste que te trajera a casa —Le da la espalda caminando hacia la pequeña nevera de donde extrae una botella de agua.

—No, te pedí que me llevaras a casa, no a... ¿Dónde se supone que estoy? —Pregunta confundida.

—En mi departamento —Responde luego de dar un largo trago. —Mi casa queda muy lejos y anoche me encontraba... ¿indispuesto? —Habla con esa seguridad y confianza que lo caracteriza. —Sentí una profunda sed cuando te vi, ¿tú no? —Pregunta ofreciéndole la botella de agua.

—¿Sed? —Descruza sus brazos tomando la botella de agua. La destapa y comienza un camino hacia su boca, pero cuando faltan pocos centímetros decide qué es mejor verter el agua en sus pechos. —¡Ups! —Exclama con fingida inocencia. —¿Me prestas una toalla para secarme?

NOTA DE LA AUTORA: AQUÍ SERÍA EL MOMENTO INDICADO PARA REPRODUCIR LA CANCIÓN DE MULTIMEDIA.

—No te preocupes, te aseguro que te vas a mojar mucho más —Responde acercándose a ella hasta quedar frente a frente. —Mírame —Ordena obligando a la castaña a inclinar su rostro hacia atrás por la clara diferencia de tamaño. —Anoche me controlé para no despertarte con media verga en la vagina, pero te aseguro que hoy no tendré el mismo control —La toma sorpresivamente de los muslos y se acerca al estante en el que se encuentra el reproductor dejándola allí antes de acercarse al reproductor pues necesita algo de música. —Anoche me diste un... espectáculo memorable —Suspira al mismo tiempo en el que coloca la canción Earned it de The Weeknd dando ese ambiente sensual. —No creí que fueses tan... receptiva —Se acerca arrodillándose entre sus piernas desnudas. —Me excitó, me excitó como no tienes idea ver a dos tipos amamantándose de ti mientras tú los masturbabas y te restregabas contra el sofá de cuero por la furia descontrolada con la que mis dedos entraban y salían de ti y mi lengua estimulaba tu clítoris latente —Deja salir un gruñido al ver como la castaña aprieta los muslos. Las manos de Keelan abren sus piernas al mismo tiempo en el que comienza a deslizar su lengua por estas. —Me excitó cuando abriste tus hermosos labios y jadeaste mi nombre mientras te venías en mi boca —Sus dedos entran en contacto con sus bragas provocando que una sensación diferente recorra el cuerpo de la castaña. —Estás muy lista, étoimos gia ména, epanastáti mou —[Lista para mí, mi rebelde]. Su lengua se desliza sobre la minúscula braga de esta y en reacción muerde su labio inferior.

En las Garras de la PasiónWhere stories live. Discover now