Capítulo 14.

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Noche de chicas y fiestas...

10 de noviembre del 2018.

—¿Hija, a donde vas? —Pregunta la señora Clarissa viendo a su hija menor bajar las escaleras dos horas después de haber llegado a casa.

—Saldré con las chicas, ¿por qué?

—Es solo para recordarte que mañana es la fiesta de inauguración de la empresa de tu hermano y debes estar allí aunque estén enojados...

—¿Qué? ¿Por qué?

—Sabes que la prensa está como águilas en estos eventos, siempre están pendientes de que chisme podría ser primicia y no deseo que nuestro apellido les dé de que hablar —Le advierte. El señor Mario también se encuentra presente en la primera sala de la mansión aunque se encuentra lo suficientemente ocupado con unas facturas como para prestar atención a sus mujeres. —Debes estar...

—Mamá lo siento, tengo un compromiso con... —<<Vamos, piensa, debe ser con alguien que tus padres respeten y que no intenten pasarle por encima, ¿pero quién?>>. —...con el señor Dimou. Quedamos en salir a celebrar la compra de un terreno en el que llevaba un largo tiempo interesado.

—Nada mejor que celebrar en una fiesta organizada previamente, llama al señor Dimou e invítalo a la fiesta de tu hermano, estoy segura de que no se negará.

—Bueno, mamá... lo haré, lo haré más tarde...

—Quiero que lo hagas ahora, cariño, todos aquí sabemos que cuando regreses de tu salida con las chicas estarás demasiado ebria como para siquiera caminar. Llámalo ahora, cielo...

—Está... está bien —Suspira sacando su teléfono de su bolso, ingresa en la App de contactos y pica el de su jefe.

¿Señorita Rockefeller,
que necesita?

Señor Dimou, disculpe
si lo interrumpo, pero
lamento informarle que
no podré salir con
usted mañana a celebrar
la compra del terreno
que realizó ayer y en
su lugar me gustaría
invitarlo a la fiesta
de inauguración de la
empresa de mi hermano...

Escupe rápidamente tratando de complacer a su madre sintiendo como su dignidad es acuchillada con cada segundo que continúa en llamada con ese señor.

No entiendo nada
de lo que dice, señorita,
pero encantado me
presentaré en la fiesta
de su hermano para
felicitarlo. ¿Algo más
que quiera decirme?

No, tenga buenas
noches, señor Dimou.

Igualmente, señorita
Rockefeller.

Corta la llamada antes de acercarse a su madre con una mirada asesina.

—Listo, ya lo llamé.

—¿Y él accedió o se negó?

—Accedió encantado. Ahora, sí me disculpan me gustaría irme pues las chicas ya me esperan.

—Está bien, mi amor. Ten cuidado —Habla su madre dándole un pequeño codazo a su marido para que se despida de su hija.

—Disfruta aunque no hagas nada que te haga terminar en la cárcel, hoy estoy muy cansado como para tener que lidiar con policías —Bromea recordando una de las tantas fiestas a la que asistió su hija hace pocos años y que terminó en la comisaría. —Ten buena noche, muñeca.

En las Garras de la PasiónWhere stories live. Discover now