Capítulo 33.

1K 88 9
                                    

¡Primicia, los Rockefeller son primicia!

20 de enero del 2019.

—Nunca creí verte con un hombre como Dimou —Escucha Barbie la voz de George a sus espaldas, se gira sobre sus talones y lo encuentra con una sonrisa socarrona mientras la observa con ojos llenos de morbo.

—¿Y como es un hombre como Keelan? —Pregunta irritada pues no ha pasado por alto las largas y penetrantes miradas que le ha estado lanzando el rubio a lo largo de la velada mientras ella trata de contener al ogro que la acompaña y que este no le parta la boca o algo más...

—Maduro, viejo, aburrido... —Responde sencillamente sintiéndose confiado ya que el ojiazul se alejó de la castaña hace unos minutos y no lo ha vuelto a ver. —Creí que seguías siendo la chica apasionada y feliz que le gustaba la aventura. Con un hombre como él a tu lado dudo que tengas eso...

—Pues, te equivocas —Responde acercándose a él sin importarle las miradas indiscretas que se posan en ella. —Con un hombre como él lo tengo todo, pasión, cariño, felicidad...  ¿Crees que no me estoy dando cuenta de lo que has intentado toda la noche? Lo hiciste una vez cuando salía con Albert y lo estás haciendo una nueva vez, la diferencia es que Keelan es un hombre educado que no caerá ante tus jueguitos inmaduros y que ni imagina lo que quieres hacer, pero yo que te conozco, sí. No intentes meterte en mi relación como quisiste hacerlo cuando solo éramos chicos...

—¿Y si está vez no deseo meterme sino tener una relación contigo?

—No deseas una relación, deseas un coño en el que meterte y por suerte, en el mío nunca será así que, por favor, aléjate de mí, te lo pido de forma educada porque te aseguro que Keelan no lo hará —Cruza por su lado con ese elegante andar llegando al baño más cercano donde se encierra a retocar sus maquillaje.

La mirada de Keelan se encuentra puesta en su mujer quien acaba de ingresar al baño, mira al cabrón de pelo rubio quien camina en la misma dirección que la castaña, más antes de llegar a la puerta del baño de chicas, se ve sorprendido por las manos de Keelan al rededor de su cuello.

—¿Qué coño le pasa? —Pregunta enojado luego de que el ojiazul lo arrastrara al baño de caballeros.

—Mira, mocoso... —Gruñe chocándolo contra la pared a sus espaldas. —Me importa una mierda de quien seas hijo o cuánto invierta tu familia en mi proyecto, si vuelves a acercarte a mi mujer te juro que te partiré todos y cada uno de los huesos —Brama con ojos llameantes de furia.

—¿Y si es ella que se acerca a mí? —Pregunta desafiante tratando de descontrolar al ojiazul sin imaginarse el infierno que eso desataría.

—No me preocupo en ello, mi mujer está muy por encima de ti y no buscaría un muchachito para hacer lo que yo tan bien le hago, así que, por amor a tus huesos y dientes, no vuelvas a acercarte —Advierte con una sonrisa.

Mientras tanto, en el baño de chicas, Barbie se encuentra de pie frente al espejo retocando su sencillo maquillaje cuando recibe una llamada entrante de Britanny.

¿Hola?

¿Barbie, donde estás?

Escucha el murmullo de personas al otro lado de la línea acompañado de la voz de un señor que se escucha preocupado y nervioso.

Salí con Keelan.
¿Qué necesitas?

Pregunta sintiéndose de pronto, cansada e irritada por la actitud de George hacia ella arruinando lo que sería una buena y excitante noche junto a su novio quien debería estar feliz y orgulloso.

En las Garras de la PasiónOù les histoires vivent. Découvrez maintenant