Capítulo 3.

3.6K 158 9
                                    

Privilegios.

—Eísai i pio ómorfi gynaíka pou écho gnorísei poté —[Eres la mujer más hermosa que he conocido]. Escucha al castaño gruñir en su oído mientras sus labios devoran con abandono el cuello de la castaña.

—Folláme ahora y deja de hablar en ese idioma que no comprendo nada —Ordena ayudándolo a quitarse la chaqueta.

—Vamos a mi cama —La toma en brazos yendo escaleras arriba hasta detenerse en la primera habitación. Ingresan y los ojos cafés de la castaña estudian la habitación con sumo cuidado. —Creí que veníamos a otra cosa más que a ver mi habitación —Bromea en su oído.

—Te aseguro que lo último que quiero es eso —Se gira y toma sus labios en un fiero beso que hace homenaje a su nombre. El castaño la toma de los muslos obligándola a enredar sus piernas en su cadera y esta hace caso inmediatamente. Van hasta la cama donde Keelan la desnuda en menos tiempo del que alguna vez pudo imaginar, la tira sobre la cama, abre sus piernas y se sumerge en sus pliegues sintiendo la humedad presente en su vagina luego de haberla masturbado como loco en el auto. Su lengua se mueve como la danza más sensual y delicada de todas. —Keelan... más... más... más —Pide mientras sus dedos jalan suavemente el corto cabello del hombre que come su coño. —Vamos, papi... cómetela toda —Pide entre jadeos empujando la cabeza del castaño hacia su interior. —Keelan... —Su lengua ingresa en ella mientras su dedo pulgar juega con su clítoris salvajemente. Eleva su mano derecha por todo su cuerpo dejando suaves caricias hasta detenerse en su pecho derecho y comenzar a pellizcar su pezón. —Keelan... papi, más... —Gime casi llorando por el avasallador orgasmo que se avecina. —Te quiero... te quiero dentro... cógeme, Keelan...

—Debe venirse, sino no lo haré —Habla con todo el autocontrol del mundo. —Barbie, debe venirse —Ordena y vuelve a besar sus húmedos pliegues acariciando su hinchado clítoris. Varias lamidas más y esta se viene en su boca dejándolo saborear sus líquidos como si de agua de un manantial se tratara. —Xéreis ploúsio, epanastáti —[Sabes rico, rebelde]. Se levanta y comienza a desnudarse bajo su atenta mirada mostrando su virilidad. <<¡Por Dios, su verga!>>. Piensa la castaña viéndolo moverse por la habitación. <<Podría rezarle a esa verga o aún mejor, podría hacerle una estatua a esa verga. Es la verga más grande que he visto, ¿cabera en mi interior? Sino lo hace quiero que rompa mis huesos y entre en mí de todas formas porque aquella verga es todo lo que he deseado>>. El castaño se coloca entre sus piernas luego de haberse desnudado mostrando aquella sonrisa traviesa que la hace sentir más deseo.

El ojiazul comienza a besarla con devoción introduciendo su lengua en el interior de su boca tratando de conocerla lo más posible pues nunca había deseado tanto a una mujer como a la que ahora se retuerce de deseo sobre su cama.

—Con... condón —Jadea Barbie. —Ponte condón...

—Sí... sí —Se mueve un poco, abre el cajón de su mesita de noche y saca un empaque de color negro. Lo rasga con los dientes y se lo coloca en su latente erección. —Étoimo agápi mou —[Listo, mi amor]. Vuelve a colocarse entre sus piernas besando sus labios para luego bajar por su cuello donde deja una notable marca. Continúa su recorrido hasta su clavícula pasando su húmeda y cálida lengua dejando un húmedo camino a su paso.

Se encuentra con aquellos perfectos pechos y lleva uno de ellos a su boca amamantándose como un niño pequeño mientras con su mano pellizca el otro pezón endureciéndolo en seguida.

—Papi... papi, por... por favor... —Pide arqueando la espalda en un perfecto arco. La mano que acariciaba su pezón se ve sustituida por sus labios y la otra inicia un recorrido hasta su vagina que aún no se ha recuperado del increíble orgasmo. —Sí... sí —Jadea cuando Keelan mete dos dedos en ella. —¡Carajo! —Gruñe echando la cabeza hacia atrás y apretando los ojos.

En las Garras de la PasiónWhere stories live. Discover now