Capítulo 30.

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Fin de año.

31 de diciembre del 2018.

—¿Este es bonito? —Le pregunta la señora Clarissa a su hija menor mostrando el reloj Omega que sostiene en sus manos.

—¿No crees que papá tiene suficientes relojes? —Pregunta desinteresadamente mientras revisa sus redes sociales. Aquella mañana están realizando las clásicas ''compras de emergencia por retrasarlas, para el intercambio de año nuevo familiar'' o simplemente CERI como las apoda el abuelo quien a esa hora de la mañana debe estar conversando con su hijo, el señor Mario, quejándose de porque su nuera y nieta siempre dejan las compras para último momento, como por ejemplo el 31 de diciembre a las 11:38 Am. —Papá tiene un reloj para cada zona horaria, deberás esforzarte más si quieres sorprenderlo.

—¿Entonces, que debo regalarle? —Le pregunta la señora Clarissa evidentemente agotada. Ha estado buscando el regalo perfecto para su marido desde hace dos horas y esperaba que su hija la ayudará, pero esta ha estado más ocupada en su teléfono.

—No lo sé... regálate un set de lencería para revivir la pasión y te aseguro que será el mejor regalo para papá —Bromea ganando un pellizco de su madre en forma de reproche.

—¡Respeta, niña! —Mira avergonzada a la dependienta de la tienda quien se encuentra un poco más alejada por lo que evidentemente no escuchó la conversación. —Y la pasión nunca ha muerto —Se carcajea antes de continuar buscando en la tienda de caballeros.

—Gracias, mamá... —Gira los ojos. —por traumarme de por vida al imaginarme la vida sexual de mis padres.... —Ríe.

—¿Tú ya encontraste que regalarle a Keelan? —Pregunta la señora interesada observando algunas corbatas. —¿Qué tal esta corbata? —Levanta una roja de lunares blancos.

—Uno: sí, el regalo de Keelan ya está resuelto desde que regresamos de Grecia y dos: papá odia las corbatas de estampados o franjas o lunares...

—Lo sé, pero... —Sus palabras se ven interrumpidas cuando a lo lejos ve como una dependienta muestra unos gemelos de diamante de Canario muy parecidos a los que el señor utilizó para su boda y que en un robo en casa fueron robado. —¡Por Dios! —Exclama acercándose a la dependienta que los sostiene. —Los quiero.

—¿Segura?

—Sí, son perfectos... —Asegura observándolos como si hubiese encontrado la joya más preciosa.

—¿Encontraste el regalo para papá? —Pregunta Barbie sorprendida al ver los hermosos gemelos que sin duda se convertirán en los favoritos de su padre reemplazando el par que ella y Samael le regalaron en el día del padre cuando solo tenían 08 y 12, y lograron reunir suficiente dinero.

—Sí, este es —Afirma viendo los accesorios ser envueltos.

Por suerte, solo faltaba el regalo de la señora Clarissa para el señor Mario por lo que pueden regresar a casa donde en algunas horas se reunirá toda la familia, incluyendo a Kira y Samael quien fue autorizado para viajar solo por ese día. Al día siguiente deberá estar de nuevo en Inglaterra, más tardar a las 10:00 Pm.

Tras salir de la famosa tienda, se van a casa donde ya se encuentra la gran familia y allegados.

—Buenos días —Saludan las recién llegadas mostrando sonrisas encantadoras.

—¡Ahí está mi muñeca! —Chilla el señor Andrés abriendo sus brazos para que su hermosa nieta se acurruque en ellos.

—¡And! —Chilla corriendo hacia él permitiendo que sus brazos la sostengan como lo hacían cuando era niña. —¿Cómo están? —Pregunta viendo desde este hacia su abuela.

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