Capítulo 41.

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Mi celoso señor Dimou.

02 de febrero del 2019.

—Disculpe que la interrumpa, señorita Rockefeller, pero el señor George Harris está aquí y solicita hablar con usted... —Le informa Amber ingresando en la oficina.

—¿Y ahora qué? —Se pregunta acomodándose en su silla. —Déjalo pasar —Ordena y está hace caso saliendo por algunos segundos antes de regresar con el chico detrás. —Buenos días, George —Saluda poniéndose de pie.

—Buenos días, Barbie —Saluda amigablemente mientras toma la mano que está le extiende para saludarse en un corto apretón de manos. —¿Cómo estás?

—No me quejo. ¿Te apetece algo de tomar o comer? —Pregunta tomando asiento e indicándole que haga lo mismo.

—Un café estaría bien.

—Amber, trae dos cafés, por favor —Solicita y está sale de la oficina tras asentir en señal de respuesta. —Es una sorpresa tenerte aquí. ¿A qué se debe tu visita?

—Bueno, vengo a hablar contigo sobre un tema que llevo tiempo analizando, pero lamentablemente no había tenido oportunidad ya que tu noviecito siempre está detrás tuyo...

—George, lo primero que te voy a pedir es que respetes a mi pareja, de lo contrario te voy a pedir que te retires —Silencio. —Ahora bien, ¿cuál es ese tema?

—Bueno, no sé si estás enterada, pero desde hace unos meses he estado en la labor de crear una organización que luche en contra de la violencia y por los derechos de la mujer. Increíblemente he recibido varios donativos de grandes empresarios aunque comprenderás que en esta lucha nunca es suficiente...

—¿Cómo ayuda tu organización? Y debo asumir que estás aquí porque necesitas mi ayuda en un cheque...

—Tenemos diferentes planes para ayudar a las mujeres que han sufrido violencia por parte de sus parejas sin importar si son madres o no. Las ayudamos a conseguir empleo, a buscar un lugar en el que vivir a salvo y casi siempre las ayudamos en el ámbito legal aunque no todas deciden tomar esta decisión. Vengo aquí porque he visto tu crecimiento tanto personal como laboral y admito que estás siendo admirada por muchas mujeres, estoy aquí porque me gustaría utilizar esa influencia..

—No entiendo.

—Quiero que seas la imagen de nuestra próxima campaña. Barbie, antes eras considerada una chiquilla malcriada y adinerada, ahora eres una mujer centrada y con ambiciones. Creo que con tu imagen ayudaría mucho...

—Me siento halagada de que me consideres para algo tan especial como esto, pero no puedo responderte de forma definitiva sin antes consultar con mi representante y mi equipo.

—Lo sé, lo sé. No vengo por una respuesta, solo quiero que lo pienses. ¿Ok?

—Ok.

—Bueno, muchas gracias por recibirme —Se levantan y se dan la mano antes de que George salga de la oficina.

—¿Qué hacía ese hijo de puta aquí? —Gruñe Keelan entrando en la oficina de su novia como perro por su casa segundos después, espantando un poco a la castaña quien se encuentra de pie frente a un archivo buscando unos documentos que su padre le envío hace algunos días, pero que Amber debió mover de lugar.

En las Garras de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora