21-Ransom

2.9K 102 4
                                    

Libro: La reina de las espinas
Autor: Joana Marcus.

Ransom.

¿Tu crees en los vampiros?¿En las maldiciones? Solo te diré que deberías…te contaré una, una que muchos en el pueblo ya conocen.

Su nombre es la reina de la soledad.

Ella nació, pero esa diferente a los demás, sus ojos grises, su piel pálida, y su altura, era una combinación perfecta.

Aunque no para todos, ella una vampira de sangre pura, no pude ser maldecída, pero si pueden maldecir a las personas que la rodean, ella por no dañar a nadie se esconde en un castillo, uno antíguo, no en el de el fantasma…no en aquel, la leyenda cuenta que al se metió con un mago de muy alto rango, entre el y sus amigos por primera vez lograron maldecir un Vampiro de sangre pura, la maldición de la chica, muchos dirán que no es nada, en cambio para ella y muchos vampiros si lo es.

La maldición de aquella chica con ojos grises, es jamás ser amada, ella amara, pero jamás será amada.

A ella no le importa el amor asta que lo conoció a el, el que al verla supo que algo no andaba bien, pero al final ella solo desapareció a aquel castillo, uno en el que ningún ser mágico se atreve a ir, no se sabe si ella está viva o si a muerto.

- Una leyenda muy interesante- Dijo Foster.

Sonreí, el era nuevo en la ciudad, no sabía nada de estas.

- Si y lo mejor es que es la historia real- le aseguré.

- Eso lo sabe el humano más viejo ¿no?- Asentí.

- Tu no pareces el humano más viejo- me reí.

- Y no lo soy, venga Foster cres que tengo más de 112 años- puse una mueca.

- No la verdad es que no- sonreí.

- Respecto a la leyenda, cres que aún siga en el castillo- sonreí ampliamente.

- No- dije.

- La maldición, como acabas con ella- me preguntó.

- Tienes que reunir a todos los magos que la an eccisado, tener la pertenencia que la une con el único hombre que la amo, y matarlos a todos con aquel objeto el el centro de un círculo lleno de cadáveres- Sonreí.

- ¿Te gusta mucho esa leyenda?- negué.

- No, la odio- el me miró raro.

- En cada leyenda ay una manera, tal vez no de romperla, pero si ella no quiere estar sola por el reto de la eternidad…para ella ser amada tiene que ver a el único hombre que la amo,  el que estuvo antes de aquella maldición- escuché una voz a mis espaldas.

Me tense, era el, era Ransom, me cago en la puta, no lo mire, de echo me hice la loca, Foster lo miraba con una ceja alzada.

- Ramson, estabas escuchando nuestra conversación- le dijo Forster.

- Genevieve está cuidando a Addy puedes esperar- le dijo.

- Genevieve, no vine por Vee- fruncí el ceño aún de espaldas.

- Sentí una energía muy fuerte, pertenece de aquí- aprete los ojos.

Foster al ver, parecía muy confundido, después escuché la risa de Ransom, desde cuándo se reía tan abiertamente.

Desde que se quiere burlar de nosotros.

Cierto.

- Y ya se de dónde…date la vuelta- yo no me giré.

- Vamos date la vuelta- sin más el me tomo y me dio la vuelta.

Se quedó callado, estaba paralizado, no esperaba verme, sonreí inocente y di un paso atrás quedando junto a Foster.

- Aurora…- Susurro.

- Ramson- Susurre.

- ¿Se conocen?- yo asentí.

Entonces apareció Albert, al verme abrió mucho los ojos, se acercó y sonrió, me dio un pequeño abrazó.

Si yo le caigo bien, me siento especial, el no haría eso.

- Que pensabas que encerrarte en un castillo para siempre era una buena idea, que no tienes cerebro, eres una cría, te cres que una cría como tu podía sobrevivir- me regaño.

- Albert tengo 112 años, no me llames cría- puse una mueca.

- Para mi lo eres- escuché la risa de Ramson.

Lo mire mal, se estaba burlando de mi, que le pasa a este, que se cree que por ser el al alcalde no le diré algo, patético.

- Ramson, no te rías de mi- el me miró.

- Sabes, es extraño volver a verte reina de la soledad- puse cara de ascó.

- Quien le ponga nombre a las leyendas es malicimo- el asintió.

Nos miramos unos segundos, Ramson, lo conocí cuando éramos niños, después nos enamoramos, o al menos yo de el si, después me involucre un poco en la magia y terminé bien maldecída.

El se acercó y me dio un abrazo, sonreí, le respondí este para escuchar que me susurraba un "Te extrañe".

- Yo igual, tampoco es que quiciera visitas- sonreí.

- Los matabas, cada vez que mandaba a algún equipo los eliminabas- sonreí.

- Ooh no lo siento- le dije.

El dejó un beso en mi frente, después se separó y mire a Genevieve, la esposa de Ramson.

Que puto se casó

Vasta.

- Genevieve- sonreí.

- Aurora, ¿Como has estado?- sonreí.

Esta chica se ve peor que cuando acabas de matar a alguien, mire a Ramson, espera…ella estaba con Foster, entonces Ramson la…que hijo de puta.

- Bien…- susurré.

Mire a Foster, después a Addy, su hija, era pequeña pero muy linda.

- Addy- ella me miró desconfiada.

- Soy Aurora- aún me observaba.

Abrió los ojos como platos y se hacer o a mi.

- Y pareces mucho a la reina de la soledad, ¿Eres tú?- sonreí.

- La misma- me sonrió.

- Ramson tenemos que hablar- el asintió

Este hijo de puta del que estoy enamorado comentio una estupidez, y adivinen quien le salvará el culo, yo claro, soy la única que es capaz de notarlo, eso me pasa por conocerlo desde que era un crío.

ONE SHOTSWhere stories live. Discover now